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Las piezas, exhibidas sobre un cartón colocado en el piso, se venden entre 10 y 20 pesos

Comercian restos fósiles de animales y plantas en tianguis de Valle del Mezquital

Son de mi tierra, Huauchinango, Puebla, de un lugar que dicen que una vez fue lago, pero ya se secó; allí hay un montón de caracolitos de piedra, afirma don José, uno de los vendedores

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En el tianguis del municipio de Santiago de Anaya, Hidalgo, algunos comerciantes venden rocas con fósiles de plantas y animales, entre 10 y 20 pesosFoto Juan Ricardo Montoya
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 28 de diciembre de 2014, p. 26

Valle del Mezquital, Hgo.

Decenas de restos fósiles de plantas y animales prehistóricos petrificados hace millones de años en rocas sedimentarias son exhibidos para su venta en el tianguis que cada semana se instala en la cabecera municipal de Santiago de Anaya. Las piezas, colocadas sobre un pedazo de cartón en el piso, se venden entre 10 y 20 pesos.

Son rocas que hace millones de años fueron lodo de algún lago ya desaparecido, tienen impresas laberínticas estrías de caracoles prehistóricos que alguna vez poblaron las profundidades de ríos y lagunas pero desaparecieron para dar paso a otras formas de vida.

“Son de allá, de por mi tierra; hay un lugar que dicen que una vez fue un lago pero ya se secó. Allí hay un montón de caracolitos de piedra. Yo desde que era chamaco iba allá para juntarlos y jugar con ellos junto con otros niños de mi pueblo, relató don José, uno de los vendedores, de 77 años de edad.

Siendo niño, recuerda, “un día llegó una pareja de turistas gringos al municipio de Huauchinango (Puebla) y vieron que estábamos jugando en la calle con los caracolitos; se nos acercaron, nos sonrieron y nos pidieron que se los enseñáramos.

Nos preguntaron de dónde los habíamos sacado y les dijimos. Luego comenzaron a tomarnos fotografías y nos preguntaron que en cuánto se los vendíamos. Nos dieron un peso a cada uno por todos los que teníamos, dijo con satisfacción.

A partir de entonces, otros extranjeros –gringos según don José– frecuentaban Huauchinango para buscar quién les podría vender fósiles y para que les informaran el sitio exacto de dónde provenían. Yo nunca les dije. Se los vendía y ya.

Entonces le surgió la idea de colectar fósiles y venderlos por bolsa a los visitantes a entre 5 y 10 pesos de entonces.

Somos muchos quienes, además de sembrar la milpa y hacer artesanías, nos dedicamos a colectar caracolitos para vender. A diario va mucha gente a Huauchinango de los pueblos cercanos, incluso de Hidalgo, para colectarlos y venderlos a los turistas agregó.

A pregunta expresa acerca de si sabía lo que representan esos vestigios, respondió: No sé bien, pero dicen que son animalitos que vivían en un lago, se quedaron atrapados en el lodo y luego se murieron y se secaron.

Don José señaló que no es el único lugar donde se venden estas piezas, sino también en mercados de Ixmiquilpan y Mineral del Monte, entre otras localidades del estado de Hidalgo.

Santiago de Anaya es un pintoresco pueblo ubicado a 50 kilómetros al norte de Pachuca, en el Valle del Mezquital, lugar de asentamiento de los antiguos ñañúes u otomíes.