Los obispos exigen esclarecer el asesinato del cura Gregorio López
Sábado 27 de diciembre de 2014, p. 5
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) pronunció un “¡basta ya!” contra la violencia, luego que se dio a conocer el asesinato del párroco Gregorio López Gorostieta, adscrito a la diócesis de Ciudad Altamirano, quien fue secuestrado la noche del pasado domingo.
La comunidad de obispos señalan que tras la muerte “injusta y violenta” de López Gorostieta –localizado en el municipio de Tlapehuala, Guerrero, con un disparo en la cabeza–, “haciéndonos eco del sentir de muchos mexicanos, repetimos: ¡Basta ya! No queremos más sangre. No queremos más muertes. No queremos más desaparecidos”.
En un comunicado suscrito por José Francisco Robles Ortega, arzobispo de Guadalajara y presidente de la CEM, y Eugenio Lira Rugarcía, secretario general del organismo y obispo auxiliar de Puebla, la jerarquía católica demanda a las autoridades el “esclarecimiento de este y de los demás crímenes que han provocado dolor en tantos hogares de nuestra patria, y que se castigue conforme a derecho a los culpables”.
Tras manifestar su solidaridad con el obispo de Altamirano, Maximino Martínez Miranda, con los familiares del padre Gregorio López y con el seminario mayor La Anunciación, llamaron a la conversión de todos los mexicanos, “especialmente de quienes olvidan que somos hermanos y provocan sufrimiento y muerte, y para que todos nos comprometamos a ser agentes en la construcción de un México justo, reconciliado y en paz”.
En tanto, el arzobispo Norberto Rivera Carrera manifestó en un comunicado sus condolencias por el sacerdote asesinado y manifestó su solidaridad con Martínez Miranda, “quien hace pocas horas todavía suplicaba a los secuestradores por su vida”.
El arzobispado de México “condena toda clase de violencia y exige a las autoridades la pronta justicia, al tiempo que eleva sus oraciones por el eterno descanso del padre Goyito, como cariñosamente le decían los fieles”.