El gobierno federal alista un proyecto de reducción al gasto corriente y de operación, de alrededor de 5 por ciento del total presupuestado para el año entrante, indicaron funcionarios consultados. De manera adicional, se ordenó a todas las dependencias no hacer fiestas de fin de año. En el contexto de los hechos de Guerrero, no hay nada qué festejar, comentó una de las fuentes.

Un recorte importante al gasto gubernamental ocurrió en mayo de 2008, cuando se ordenó una baja de 35 mil millones de pesos, equivalentes al 5 por ciento del total del gasto de un trimestre de ese ejercicio presupuestal.

La mayoría de los ajustes, incluso desde el sexenio de Ernesto Zedillo (1994-2000), se relacionaron con la caída del precio del petróleo, así como por recesiones en Estados Unidos.

El Presupuesto de Egresos de la Federación para 2015 es de 4 billones 676 mil 237 millones de pesos; el gasto corriente es de casi la mitad de esa cantidad.

Un ajuste anual del gasto corriente de 5 por ciento sería mayor al de 2008, aunque todavía no se conocen los detalles del cambio, considerado como medidas para asegurar el control presupuestal, según palabras de uno de los consultados.

Todas las dependencias de la administración pública federal deberán hacer ahorros en servicios personales (sueldos y salarios), mantenimiento de equipos, operación de software y hardware, licencias de funcionamiento, alimentos, telefonía y compra de vehículos, entre otros.

Sin embargo, se asegura que los recortes no afectarán a los programas e inversiones, sino tareas como las referidas.

La Secretaría de Hacienda ha insistido que los ingresos del año entrante están garantizados porque compró una cobertura petrolera, es decir, una protección ante una caída del precio del petróleo, por debajo de un nivel predeterminado.

La venta del hidrocarburo significa para México una tercera parte de sus ingresos; de agosto a la fecha el precio del barril ha perdido 40 por ciento de su valor.

En cuanto a los festejos navideños y de fin de año, los funcionarios consultados por La Jornada dijeron que la orden fue precisa, no sólo en cuanto a la necesidad de hacer ahorros, lo mismo la Secretaría de la Defensa Nacional o la de Salud, sino de ser prudentes y respetuosos ante la desaparición forzada de 43 normalistas.