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Economía Moral

Múltiples tendencias anuncian que el capitalismo está llegando a su fin / I

O lo trascendemos construyendo la buena sociedad o nos destruirá a todos

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vo Morales, presidente de Bolivia, señaló en la primera sesión de alto nivel de la Conferencia sobre el Cambio Climático (COP20), que tiene lugar en Lima, que la verdadera forma de resolver el cambio climático será “venciendo al capitalismo y salvando a los pueblos que están en manos de quienes lucran con la destrucción de la naturaleza”. Dijo que reuniones como la COP20 son una carga de hipocresía, racismo y neocolonialismo” (La Jornada, 10/12/14, p.47). Llamó a incorporar la sabiduría de los pueblos indígenas en el acuerdo para enfrentar el cambio climático; que escuchen a los pueblos y aprendan de ellos. Manifestó que “no puede haber acuerdo climático que condene a la humanidad a la muerte para favorecer al capital, al enriquecimiento de unos pocos. Necesitamos hacer un acuerdo climático por la vida y para la vida”. (La República, Lima, 9/12/14). Ideas similares expresa Enrique Leff en su libro Apuesta por la vida (Siglo XXI, 2014):

“Las experiencias recientes de los movimientos socio-ambientales en América Latina, Asia y África muestran no sólo la capacidad de la población local para resistir a la razón económica, instrumental y utilitarista hegemónica a través de la cual el capitalismo penetra en sus territorios geográfico-socio-culturales de vida, sino también para crear visiones alternativas y nuevos caminos hacia la sustentabilidad desde sus racionalidades culturales, reinventando sus identidades, sus prácticas productivas y sus medios de vida... legitimando nuevos derechos humanos al territorio…” (p.491). “En su irrefrenable expansión de la voluntad de dominio de la naturaleza, en su manía de crecimiento insustentable, el capitalismo llegará a extirparle el corazón a la tierra, cavando la tumba de la vida del planeta verdeazul del universo” (p. 445).

Hoy inicio una serie sobre las tendencias que anuncian que el capitalismo está llegando a su fin. Con ser el calentamiento del planeta la más grave y destructiva, no es la única. En la entrega del 5/12/14 comenté dos tendencias adicionales: la creciente desigualdad que el capitalismo genera y el fin de la sociedad centrada en el trabajo pagado, consecuencia de la automatización. Más adelante formulo una lista preliminar de las tendencias que he identificado. John Bellamy Foster (JBF) en The Ecological Revolution. Monthly Review Press, 2009, relata que, ante el cambio climático hay, al menos tres posturas con seguidores importantes: a) La corriente de economistas neoliberales (JBF menciona a W. Cline, W. Nordhaus, L. Summers y N. Stern), cuyo propósito ideológico es legitimar el capitalismo, han propuesto continuamente no combatir con fuerza el calentamiento global. Aceptan niveles de concentración de carbón en la atmósfera muy por arriba de los considerados catastróficos por la mayoría de los científicos, con el argumento de que estabilizar la atmósfera a niveles más bajos sería económicamente muy costoso. (p. 23). Optan por un desarrollo capitalista no sustentable a toda costa que condena a la humanidad a la muerte para favorecer al capital para decirlo con Evo. b) Quienes proponen frenar el calentamiento global y consideran que el cambio requerido se reduce a una revolución eco-industrial que, por medios exclusivamente tecnológicos, como sistemas energéticos más eficientes, siente las bases para el desarrollo capitalista sustentable. c) La postura en la que el propio JBF se inscribe es al de una revolución eco-social que se apoya en tecnologías alternativas, pero enfatiza la necesidad de transformar tanto la relación humana con la naturaleza como las relaciones sociales de producción, lo que significa moverse hacia formas de producción, distribución, intercambio y consumo más igualitarias y comunales, rompiendo la lógica del orden social dominante. Tales cambios involucran un giro civilizatorio sustentado en una revolución cultural y no económica y social (pp.12-13). Se le puede llamar desarrollo poscapitalista sustentable. JBF concluye la presentación de estas opciones señalando que:

“el argumento a favor de una revolución ecológica y social se funda en el hecho de que, en línea con la concepción de Marx de una situación revolucionaria, todas las ‘fuerzas productivas’ para las cuales el modo de producción es ‘suficiente’ y que son compatibles con la sustentabilidad, han sido desarrolladas, requiriendo un cambio revolucionario en las relaciones sociales de producción y en la sociedad como un todo” (pp.13-14).

La argumentación que desarrollaré en las próximas entregas es que la crisis final del capitalismo está sobre-determinada. Que aun si supusiéramos que el cambio energético se hiciese muy rápido en el seno del capitalismo mismo, y se lograse detener la sexta extinción estabilizando la temperatura del planeta (lo cual es muy dudoso), las otras tendencias del capitalismo que anuncian su fin generarían catástrofes sociales y políticas de tal envergadura que movilizarían a la población del planeta a un cambio revolucionario. Enumero las tendencias globales que he identificado: a) La sexta extinción. b) Fin de la sociedad centrada en el trabajo pagado. La automatización generalizada disminuirá a tal grado la participación del trabajo manual e intelectual en los procesos productivos que la sociedad basada en el trabajo asalariado (el capitalismo) ya no podría funcionar sin cambios radicales como el Ingreso Ciudadano Universal (ICU). c) La creciente concentración de la riqueza, pronosticada por Piketty, y cuyas consecuencias han sido analizadas por J. Stiglitz, quien dice en The Price of Inequality Norton, 2012:

“estamos pagando un alto precio por nuestra creciente y desmesurada desigualdad: no sólo crecimiento más lento y PIB más bajo sino mayor inestabilidad... una democracia debilitada, una percepción de justicia y equidad disminuidas e incluso un cuestionamiento de nuestra identidad… el deterioro económico y político ha ido acompañado de la ‘pauperización moral’: muchas personas se quedaron sin brújula moral, pero más importante de todo, la degradación de valores hasta el punto donde todo es aceptable y nadie es responsable”.

d) Estancamiento económico como el estado económico permanente del capitalismo contemporáneo. Al respecto Foster y McChesney (The Endless Crisis, Monthly Review Press, 2012) han dicho: “Argumentamos que ésta es una crisis sin fin, porque fluye inexorablemente del funcionamiento de lo que llamamos el capitalismo monopolista-financiero. El estado normal de la economía capitalista madura dominada por un puñado de corporaciones gigantes monopolistas es el estancamiento” (pp. vi-vii) e) Crisis alimentaria mundial como consecuencia del agotamiento del modelo de agricultura contaminante prevaleciente, cuyos rendimientos se han estancado. f) Fin de la ilusión de que la democracia y el capitalismo son compatibles. Creciente evidencia de la captura por el capital de los poderes ejecutivo y legislativo. Como señala Stiglitz “los movimientos de protesta han puesto en duda que se trate de una democracia real, la cual debería ser mucho más que el derecho a votar una vez cada cuatro años con opciones significativas. Los políticos deberían escuchar las voces de los ciudadanos. Cada vez más el sistema político parece más cerca de ‘un dólar un voto’ que de ‘una persona un voto”. g) Disminución creciente del poder de los medios de comunicación masivos centralizados (favorables al capitalismo monopolista financiero) y crecimiento acelerado (véase gráfica) de Internet y de las redes sociales, que por su carácter lateral, pueden ser contra-hegemónicos.

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