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Estado actual de los humedales México ante la convención sobre los humedales de importancia internacional ¿México está preparado para atender los diferentes impactos del cambio climático sobre sus humedales costeros? La defensa ciudadana del manglar de la Laguna del Carpintero Los humedales costeros de México y el cambio climático Praderas de pastos marinos, playas y vegetación de dunas costeras, fundamentales para los humedales costeros Correos electrónico: |
México ante la convención sobre Gustavo Alanís Ortega
Según la Convención Relativa a los Humedales de Importancia Internacional especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas (conocido como Convenio de Ramsar), un humedal es una zona de la superficie terrestre que está temporal o permanentemente inundada, regulada por factores climáticos y en constante interrelación con los seres vivos que la habitan. Su objetivo es la “conservación y el uso racional de los humedales mediante acciones locales, regionales y nacionales gracias a la cooperación internacional, como contribución al logro de un desarrollo sostenible en todo el mundo”. La filosofía del tratado gira en torno al “uso racional de los humedales”, el cual se define como “el mantenimiento de sus características ecológicas, logrado mediante la implementación de enfoques por ecosistemas, dentro del contexto del desarrollo sostenible”. El Convenio de Ramsar se firmó el 18 de enero de 1971 en Ramsar, Irán, y entró en vigor el 21 de diciembre de 1975. A partir de esa fecha, el Día Mundial de los Humedales es el 2 de febrero. Actualmente hacen parte del convenio 168 estados, lo que equivale a 2 mil 186 sitios Ramsar a nivel mundial. México se integró el 4 de noviembre de 1986 y actualmente ocupa el segundo lugar de sitios inscritos con 142 y una superficie de casi nueve millones de hectáreas. Algunos tienen la característica de ser parques nacionales o reservas de la biosfera (RB). El primero inscrito fue la RB de Ría Lagartos, en Yucatán en 1986. Los últimos fueron los humedales de Guachochi y la laguna La Juanota en el estado de Chihuahua, el pasado 26 de junio. En cumplimiento a los compromisos del tratado internacional ratificado por México, y en la búsqueda del desarrollo ambiental del país, el gobierno ha adoptado diversas medidas con el objetivo de lograr la mejor aplicación y cumplimiento de la Convención de Ramsar. La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) junto con la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), se comprometió a destinar mayores recursos económicos para proteger y conservar los humedales inscritos y lograr un mejor manejo de los mismos. Para esa tarea, en 2009 se destinaron 35 millones de pesos para la atención específica de los humedales, se contrató la elaboración de programas de manejo (PM), se realizaron diagnósticos para nuevos sitios y se fortalecieron las alianzas de cooperación entre gobiernos estatales e instituciones de investigación. No obstante lo anterior, de los sitios inscritos apenas el 42 por ciento cuenta ya con su propio programa de manejo. Otra medida tendiente a lograr una mejor aplicación del convenio es la señalización de los sitios para impulsar la cultura de conservación a los alrededores y entre las comunidades que vivan en la zona o dependan de ella. Las direcciones regionales de la Conanp distribuyeron información al público para difundir el significado de un sitio Ramsar y para que la sociedad esté enterada de las características que debe reunir un humedal para recibir un nombramiento de carácter internacional. También se han realizado obras de restauración, como construcción de bordos y recuperación de flujos de agua.
En 2009, la Comisión Nacional de Agua (Conagua) realizó el Inventario Nacional de Humedales. En el mismo año, un grupo especializado de la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM, inició un proyecto para el Estudio Interdisciplinario de los Humedales de la República Mexicana. Fundamentalmente consistió en un desarrollo metodológico para el Inventario Nacional de Humedales. Después de una primera etapa de investigación, el proyecto fue puesto a prueba en cinco sitios piloto por la UNAM en conjunto con la Conagua. A raíz de este proyecto de investigación, ambas instituciones llevaron a cabo la Primera Reunión Internacional sobre Humedales (UNAM, 4 y 5 de noviembre de 2010). En marzo de 2010, durante el tercer Congreso Mesoamericano de Áreas Protegidas, el secretario general de la Convención de Ramsar otorgó a México un reconocimiento por su contribución en los últimos años y por el hecho de promover en el continente una mayor atención a los humedales como sistemas de respuesta ante el cambio climático (CC). A partir de esta fecha, México y 14 países más están al frente de la Iniciativa Regional de Manglares y Corales, cuyo objetivo consiste en divulgar información y datos específicos sobre distintos ecosistemas para garantizar su conservación y su aprovechamiento de forma sustentable. El Global Environmental Facility (GEF) aprobó́ una donación a través del Banco Mundial para que el entonces Instituto Nacional de Ecología (INE) de la Semarnat, en coordinación con el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA), la Conanp, la Conagua y los gobiernos locales, entre otros, iniciarán en 2010 el proyecto “Adaptación”. Este proyecto hace referencia a los impactos del cambio climático en los humedales costeros del Golfo de México. Su finalización está prevista para junio de 2015. Uno de los objetivos principales es que se promueva la adaptación a las consecuencias de los impactos climáticos en estos humedales. El proyecto contempla evaluar el impacto del cambio climático en los recursos hídricos. Cabe mencionar que fue de los primeros proyectos a nivel mundial que busca medidas de adaptación ante el cambio climático en los humedales. Por lo anterior, uno de los aportes más importantes que ha hecho México a la convención es la designación de sitios como los manglares, pastos marinos, oasis, cenotes y arrecifes de coral, dado que contienen ecosistemas considerados como “subrepresentados” en los sistemas de protección. En este sentido, México cambió el nivel de protección de las cuatro especies de mangle presentes en México (NOM-059-SEMARNAT-2010).
En 2011 se destinaron fondos federales para consolidar otros proyectos, tales como la incorporación al listado de importancia internacional de la laguna de Cuyutlán, en Colima, el estero El Soldado, en Sonora, la región del Jaguey, en Aguascalientes, y la presa de Silva, en Guanajuato. Además, se celebró a principios de ese mismo año el Festival de Humedales en Huatulco para conmemorar el 40 aniversario de la Convención de Ramsar. Como parte de las acciones tomadas por el gobierno, se conformó el Comité Nacional de Humedales Prioritarios, se instalaron centros en diferentes puntos del país y se firmaron convenios de colaboración entre estos centros y los estados y organizaciones de la sociedad civil para encargarse de los sitios protegidos. En el marco de la celebración del Día Mundial de los Humedales, se han impartido desde hace 14 años cursos de capacitación a mil 500 funcionarios de diferentes niveles en el gobierno involucrados en el tema. Dificultades en la aplicación de los acuerdos de la Convención de Ramsar Tanto los distintos niveles de gobierno como las comunidades que residen en los humedales o en sus alrededores, desconocen en ocasiones el inmenso valor ecológico de los humedales y de los servicios que estos nos aportan. Entre otras cosas, se han dado muchos cambios en las condiciones de uso de suelo debido a la importancia que se le da al desarrollo económico por encima de los temas ambientales, situación por demás inaceptable. Igualmente, no se destinan los recursos económicos suficientes para mantener bien protegidos y resguardados los sitios Ramsar que no se encuentren en Áreas Naturales Protegidas federales. Independientemente de lo que el gobierno informe a los medios de comunicación nacionales e internacionales, hay reportes independientes hechos por organizaciones no gubernamentales y por la Convención de Ramsar que indican que no se han aplicado prácticas de evaluación ambiental estratégica al revisar las políticas, los programas y los planes que puedan tener repercusiones en los humedales. Y que tampoco se han realizado en todos los casos las evaluaciones del impacto ambiental de los desarrollos, carreteras y obras que puedan afectar los humedales. Otros informes indican que no se ha reformado ni mejorado la legislación lo suficiente con el fin de reflejar los compromisos suscritos en el marco de Ramsar. Se trata de temas prioritarios a fin de cumplir cabalmente con los compromisos firmados por el país en el marco de la Convención Ramsar. |
