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Ensancho las lindes del espacio público con el cuerpo en el arte, dice en entrevista

Cultiva Tunick la desnudez como reacción a las matanzas

De manera paulatina me alejé de la muerte y me volví más vivo y juguetón; luego empecé a trabajar con multitudes de personas, expresa a La Jornada

Montará la instalación Sendero de los redimidos, con cien mujeres desnudas, en tres calles y una azotea de San Miguel de Allende

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Instalación del artista neoyorquino con cuerpos desnudos apilados que semeja un ojo humano. Imagen tomada de la página de Spencer Tunick en Internet
Enviada
Periódico La Jornada
Miércoles 29 de octubre de 2014, p. 3

San Miguel de Allende, Gto., 28 de octubre.

Continuar la ampliación de las fronteras del espacio público con el cuerpo en el arte es de gran relevancia, dice a La Jornada el artista neoyorquino Spencer Tunick (Middleton, 1967), mundialmente conocido por sus fotografías de masas humanas desnudas. Sin embargo, no se refiere al naturalismo ni a los paseos desnudos en bicicleta o correr sin ropa.

Con 20 años de carrera, Tunick sigue trabajando con el cuerpo, pues le resulta placentero y poderoso. Además, lo considera importante en el espacio público, aun en 2014, aunque tal vez no sea así en el cine, la televisión o las revistas.

Como muestra, Tunick realizará una nueva instalación en San Miguel de Allende, el jueves 30, en el comienzo de la tercera edición del Festival La Calaca.

En contraste con Espíritus, obra que concibió para la primera edición de ese encuentro, en 2012, efectuada en el fraccionamiento Los Senderos, en las afueras de la ciudad, ahora Sendero de los redimidos, propuesta en la que participará un centenar de mujeres provenientes de diferentes partes del país, registradas previamente, tendrá lugar en tres calles del centro sanmiguelense y una azotea. También se utilizarán cientos de flores de cempasúchil.

Altar humano

Procedente de Nueva York, vía la ciudad de México, y un poco delirante, Spencer Tunick ofreció una conferencia de prensa en compañía de Klaudia Oliver, directora de La Calaca, antes de charlar con La Jornada.

El trabajo de la instalación Sendero de los redimidos se iniciará alrededor de las 6:30 horas del jueves: Me gusta trabajar con la ciudad en un reflejo suave del cielo, no del sol, que está justo debajo del horizonte. Desde allí el sol le pega al cielo e ilumina las calles como una caja suave. Además, no hay nadie a esas horas, espero. Bueno, el municipio ayudará a desviar el tráfico, dice en entrevista

–¿Qué harán las mujeres?

–Poses básicas. Posiblemente, arrodillarse, estar paradas, estar de frente a la cámara, no verla. También pueden reunirse en diferentes capas a la manera de toma final para crear un altar humano. Sería menos como un sendero y más como una estructura.

Sendero de los redimidos, obra que gira en torno a la festividad del Día de Muertos, está inspirada por la tradición de dejar un sendero de cempasúchil desde la puerta de los que se quedaron hasta la sepultura de los difuntos, de manera que los muertos puedan fácilmente encontrar de nuevo su camino a casa.

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Ahora empiezo a adornar los cuerpos con utilería e ir más allá; Sendero de los redimidos es una especie de extensión de mis trabajos más recientes, dice Spencer Tunick a La JornadaFoto Yazmín Ortega Cortés

–¿Desde el comienzo cultivó la idea del cuerpo purificado mediante la desnudez?

–Sí. Solía crear explosiones de vida en las calles de Nueva York. Esos cuerpos puros estallaban ahí. A veces creaba una escena en que las personas parecían dormir o estar muertos, o llegadas de otro mundo. Pero principalmente estas explosiones de vida eran mi propia reacción a los asesinatos sin sentido o matanzas perpetradas por humanos hacia los humanos. No tanto los desastres naturales.

Poco a poco el trabajo se hizo más abstracto, me alejé de la muerte y me volví más vivo y juguetón con los cuerpos. Luego, empecé a trabajar con multitudes de personas, así que el quehacer se tornó más orgánico y los cuerpos se volvieron como una sustancia. Creaba una gran escultura y también una gran abstracción con los cuerpos.

Oasis entre aguas termales

“Ahora empiezo –prosigue Tunick– a adornar los cuerpos con utilería e ir más allá. Sendero de los redimidos es una especie de extensión de mis trabajos más recientes.”

Respecto de la relación tan estrecha que Tunick ha entablado con San Miguel de Allende, el artista comenta: Aquí hay un vórtice que tiene que ver con las aguas termales que surgen a través de las rocas de cristal.

El entrevistado solía realizar viajes en carretera de visita a los lugares de aguas termales en el suroeste de Estados Unidos. Le encantaba reposar en agua caliente, en la naturaleza.

Cuando descubrió San Miguel de Allende lo vio como un oasis rodeado de aguas termales, aunque Tunick reconoce que la primera vez que vino acá fue gracias a una invitación de Spook Stream, dueño del hotel Matilda, y uno de los promotores de su instalación masiva de desnudos del 6 de mayo de 2007 en el Zócalo de la ciudad de México.

Reposar en las aguas termales sanmiguelenses, señala, lo lleva a soñar acerca de más y más personas desnudas, a la vez que lo proveen de energía creativa.