Opinión
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El despertar

Se descompone el frente internacional de Peña

E

l mal desempeño del gobierno ha tenido efectos en la opinión pública de México. Gracias al control de los medios y a los instrumentos clientelares, las cosas se podrán manejar durante un tiempo, pero hoy se cierne sobre el régimen una amenaza mayor: la impugnación internacional.

La inauguración de Peña fue saludada por casi toda la prensa internacional. El pacto con los grandes partidos, la propuesta de reformas estructurales y sobre todo la apertura a las multinacionales de la explotación de los energéticos, generaron optimismo en los gobiernos y permeó a la opinión pública. Se llegó a hablar del Momento de México. Pero no se había cumplido un año de gobierno cuando las ilusiones empezaron a desvanecerse. Peña se desplomó en las encuestas y simultáneamente los grandes medios internacionales empezaron a dudar de sus capacidades. De modo progresivo el NYT, CNN, Newsweek, Forbes, incluso los muy conservadores Financial Times y The Economist, empezaron a criticarlo. El estancamiento de la economía y una inoportuna reforma fiscal irritaron a los nativos y desilusionaron a los extranjeros. Para encarar el declive, el gasto para compra abierta o semioculta de la prensa escrita, la radio y la televisión aumentó a niveles tan altos como la percepción de la corrupción. Si las cosas iban mal, las matanzas de Tlatlaya e Iguala han causado una crisis: el coro de protestas internacionales es impresionante. Los intentos de ocultar el asesinato colectivo en Tlatlaya para garantizar impunidad a militares fue roto por los reportajes de la revista Esquire y la Associated Press. El gobierno, mediante el procurador, tuvo que encarar esta infamia 90 días después de ocurrida. La matanza de Iguala ha causado un horror generalizado. No sólo las organizaciones como Human Rights Watch y Amnistía Internacional han denunciado los hechos, también la ONU ha iniciado una pesquisa sobre el terreno. Varios jefes de Estado, entre otros Obama, han expresado su preocupación; ha habido protestas contra el gobierno en Europa, Estados Unidos, Argentina y Canadá. Esta ofensiva no será fácil de superar. El gobierno intenta desplazar la responsabilidad a los maltrechos PRD/gobierno local. ¿Pero cómo puede justificar su inactividad 10 días después de la matanza? El debilitamiento se siente ya. De seguro el gasto para compra de votos en 2015 será astronómico. México (último lugar en la OCDE en seguridad y educación) tendrá que convencer a los inversionistas de que policía y Ejército están disciplinados, que no pueden ser infiltrados por el crimen organizado y que si asesinan tendrán que rendir cuentas. No será fácil. Peña tendrá que hacer frente a la inconformidad interna, a la crítica y a la impugnación externa que provocan un efecto de rebote en la parte más crítica de la sociedad mexicana. Le esperan a él (y a nosotros) días oscuros.