Opinión
Ver día anteriorViernes 10 de octubre de 2014Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Espera de justicia… sin horizonte
“E

sta historia sangrienta y desgarrada, ese truco monstruoso y despiadado está aquí en la picota del escarnio… ¿Para qué? ¿Qué significa? ¿A dónde vamos? ¿A dónde nos lleva esto? ¿A la justicia? ¿Existe la justicia? Si no existe, ¿para qué está aquí don Quijote? Y si existe, ¿la justicia es esto? ¿Un truco de pista? ¿Un número de circo? ¿Un pim-pam-pum de feria? ¿Un vocablo gracioso para distraer a los hombres y a los dioses? Respondedme (…) Respondedme. Que me conteste alguien… ¿Qué es la justicia? Silencio… Silencio. ¡Otra vez el silencio!”. León Felipe.

Ríos de tinta han corrido en torno a la masacre perpetrada en Iguala, Guerrero. Pero a pesar de ello somos conscientes de las limitaciones del lenguaje para expresar la turbulencia de afectos extremos que hemos experimentado. No se borrarán tan fácilmente las imágenes de tamaña crueldad. El proceso elaborativo que todo duelo requiere conlleva tiempo y capacidades reparatorias. Sin embargo para los directamente involucrados la magnitud del trauma desborda y rebasa estas capacidades y las heridas quizás se tornen en traumas inelaborables. El dolor y la muerte retornan, las de ahora resignifican otras de antaño. Pero las circunstancias actuales, las acciones, presentan nuevos elementos que ameritan una profunda reflexión. El factor a destacar es la crueldad. Por tanto, asunto prioritario a estudiar.

Para León Felipe, quien conoció el horror de la guerra y la morada del exilio, don Quijote es el poeta prometeico que se escapa de su crónica y entra en la historia hecho símbolo y carne, vestido de payaso y gritando por todos los caminos: ¡Justicia! ¡Justicia! ¡Justicia!... Sólo la risa del mundo, abierta y rota como un trueno, le responde. ¡Oh paradoja monstruosa! Todas las voces de la Tierra, zumbando en coro, haciendo rueda en los oídos de ese pobre payaso, el gran defensor de la justicia, con este estribillo de matraca: ¡No hay justicia!... ¡No hay justicia!... ¡No hay justicia!

Mal de archivo, eterno retorno de lo igual. Compulsión a la repetición. Dolor y desgarramiento. En estos difíciles momentos, la larga lista de injusticias del país crece de manera galopante.

¡No hay justicia! Y el mundo clama por ella!