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La muestra se exhibe en Oaxaca y llegará al DF el 17 de este mes

Jacciel Morales captura con su lente los Rostros y rastros de la migración
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 6 de octubre de 2014, p. 9

Juchitán, Oax., 5 de octubre.

Jacciel Morales es un fotoperiodista istmeño; desde hace 15 años le tomó amor a la cámara fotográfica, cuando estudiaba la carrera de ciencias de la comunicación en la Universidad del Golfo, en la ciudad de Minatitlán; desde entonces es su pasión.

Recientemente inauguró en la galería Gubidxa, en su tierra natal, Unión Hidalgo, 30 obras reunidas en la exposición Rostros y rastros de la migración, y el próximo 17 de octubre participará en una muestra en el Museo Nacional San Carlos de la ciudad de México.

A pesar de que esta muestra se ha presentado en escenarios nacionales y recientemente en el primer foro internacional denominado Migración en México y su impacto social, celebrado en Puebla, el fotógrafo no quiso pasar por alto Unión Hidalgo, que el pasado 29 de septiembre celebró 132 años de su fundación como ayuntamiento autónomo.

Rostros y rastros de la migración, relata Jacciel Morales, es un conjunto de obra reunido en una década en el sur de México, en Chiapas y Oaxaca, así como en la frontera con Guatemala.

El fotógrafo es originario de la tierra zapoteca, pero desde hace 10 años su lente ha captado la ruta migratoria de los centroamericanos, de lo cual lleva un registro extraordinario, considerado único en el país.

También ha sido galardonado con cuatro premios nacionales, entre ellos dos sobre migración: el primero lo obtuvo en el certamen El Paisaje del Migrante, en 2013; el segundo en el 32 Concurso de Fotografía Antropológica, organizado por la Escuela Nacional de Antropología e Historia, el Consejo Nacional de las Culturas y la Secretaría de Educación Pública.

Jacciel Morales ha retratado a los hombres, mujeres y niños migrantes de Centroamérica en su paso por el sureste mexicano, con un propósito crítico y de responsabilidad social, debido a que en cada obra va implícito el sentir de cada migrante, que a pesar de tener sed y hambre, sin mencionar los problemas económicos, se enfrenta a todo el sistema político al refugiarse en México.

Asimismo, contempla y vincula en cada imagen los rastros que los acompañan, es decir, aquellos aspectos que el migrante inconscientemente muestra en su andar, desde sus accesorios personales hasta su carga a bordo del tren conocido como La Bestia.

Tema crítico

El artista manifiesta que eligió fotografiar el tema migratorio porque es un problema social que se ha tornado crítico para el país.

“Los fotógrafos somos luz, con ella conseguimos imágenes. En este caso, el tema migratorio es complejo; creo que las imágenes dicen más que mil palabras. Además estamos envueltos en una realidad social: diario veía a cientos, incluso miles, montados sobre La Bestia; algunos llegaban a Ixtepec y se refugiaban en el albergue Hermanos en el Camino, que dirige el padre Alejandro Solalinde Guerra, quien hace una labor heroica que pocos reconocen, porque ha dado la vida por el respeto de los derechos humanos de las personas en tránsito”, precisó.

Reconoció que Alejandro Solalinde ha sido un personaje relevante en el tema de la migración.

Pocas personas hay como el padre Alejandro, quien a pesar de las amenazas que ha recibido sigue buscando mecanismos de protección para los migrantes, sin importarle tener diferencias con la política y con la Iglesia misma, ni que su vida corra peligro.

Jacciel Morales abundó que actualmente, con el nuevo plan migratorio Frontera Sur, el fenómeno se ha modificado sólo en su forma, mas no en el fondo.

“Los centroamericanos tienen la necesidad de buscar alimento y mejoras de vida. Esa impresión me queda después de estos 10 años en los que los he acompañado. He montado a La Bestia, caminado por las vías del tren, me han narrado sus vivencias.”

Compartió que continuará retratando muy de cerca a los migrantes, buscando imágenes y luz que puedan acrecentar las vivencias de los centroamericanos en su paso por el sur del territorio mexicano.

“En esta década se ha logrado mucho a nivel fotográfico, también socialmente hablando, en cuanto al tema migratorio. Este 2014 es parteaguas, porque parece que las fotos que he tomado pasarán a la historia, ya que no se sabe que sucederá con La Bestia. Algunos dicen que aumentarán su rapidez para evitar que se monten en ella y otros que sólo se trata de un episodio político; ya el tiempo lo determinará. Lo real es que los rostros y rastros de la migración van a perdurar por siempre”, finalizó.