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Elena Poniatowska presentó el documental y retrato de la luchadora, de Shula Erenberg

A Rosario Ibarra de Piedra le molieron las sonrisas a palos

La escritora recordó el jueves pasado en la Cineteca Nacional su primer encuentro, en 1977: Pensé que yo no podría decir sonriente que tenía un hijo desaparecido; luego supe que esa era un arma

El filme se proyectará también en Cine Tonalá, Cinemanía Loreto y en el IFAL

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Este documental es extraordinario porque, además de atacar esta forma de tortura, que es la desaparición, nos muestra a la Rosario de antes y a la de después, señaló la autora de Hasta no verte, Jesús mío Foto Yazmín Ortega Cortés
 
Periódico La Jornada
Sábado 4 de octubre de 2014, p. 7

El jueves pasado se realizó en la Cineteca Nacional el estreno del documental Rosario, memoria indómita, dirigido por Shula Erenberg, que narra de forma esférica la vida de la luchadora social Rosario Ibarra de Piedra. Antes de la proyección de estreno, la escritora Elena Poniatowska dijo: Este documental es extraordinario porque, además de atacar esta forma de tortura, que es la desaparición, nos muestra a la Rosario de antes y a la de después. A la Rosario joven con sus hijos en Monterrey y a la Rosario luchadora, acompañada por su hija Claudia.

Continuando con su percepción del documental, la escritora de Hasta no verte, Jesús mío, agregó que en los 70 minutos que dura la película se homenajea a la luchadora social que no pierde la esperanza de encontrar a su hijo y además ayuda a otras madres que viven la misma situación de tener un hijo desaparecido.

Poniatowska recordó cuando una joven y pequeña mujer, de abundante cabellera rojiza, se le acercó sonriendo un 17 de abril de 1977 y le dijo: Tengo un hijo desaparecido. Poniatowska recordó: Pensé que yo no podría decir con una sonrisa que tenía un hijo desaparecido. Más tarde descubriría que la sonrisa es un arma de lucha que Rosario dispara desde un rostro que ella misma había cincelado a lo largo de esos cinco años que en ese entonces tenía de desaparecido su hijo... El rostro de Rosario lo da hacia los demás y la hace presentarse casi entusiasta, para que no la rechacen; ella decidió desde el primer momento que no la verían llorar.

La lluvia da paso al llanto

La escritora agregó que unos días después de ese primer encuentro, Rosario Ibarra de Piedra la llamó e hicieron una cita, donde le mostró un álbum fotográfico familiar; al ver las imágenes, Poniatowska se dio cuenta de que Rosario ahora sonríe sin alegría, para dar valor, para alentar al que habla. Y ahora Rosario sí ríe, pero no es ese movimiento interno que aparece en las fotografías de su juventud, ese lento oleaje que viene subiendo. Ahora Rosario sonríe rápido, pero no sonríe desde su infancia, desde la niña Rosario, desde la juventud Rosario. No, a veces la sonrisa es más animosa que otras, pero eso es todo. A Rosario le rompieron todas las sonrisas dentro del cuerpo, se las molieron a palos; ni si su hijo Jesús resucitara volvería a sonreír como antes.

La autora de La noche de Tlatelolco recordó que una tarde en su casa dejó sola a Rosario Ibarra para atender una llamada telefónica, cuando regresó ya llovía y la encontró llorando, Elena le preguntó el motivo, Rosario respondió: Es que pensé que donde quiera que esté mi muchacho se ha de estar mojando.

Poniatowska dijo al público reunido en la Cineteca Nacional: A Rosario tan valiente, tan controlada siempre, por quién sabe qué mecanismo descompuesto la lluvia figurada sobre la espalda de su hijo le abre las compuertas del llanto.

Elena Poniatowska concluyó su participación con la lectura de un poema que Sergio Gaxiola le entregó en 1978, al cual nunca volvió a ver, pero que habla de los hijos desaparecidos, entre ellos, claro, el de Rosario Ibarra.

Tema que no hay que olvidar

Por su parte, la directora Shula Erenberg dijo que el propósito de este trabajo era conocer a Rosario Ibarra como persona, porque es una mujer de una fortaleza inquebrantable, que todos los días muestra sus ganas de vivir, que no guarda rencores y posee una alegría que sorprende.

Además, agradeció la oportunidad de que este estreno de su trabajo pueda ser visto por el público, porque vuelve a poner en la mesa un tema que había quedado olvidado, pero que es necesario no hacerlo.

Se trata de un material producido en colaboración con el Fondo para la Producción Cinematográfica de Calidad, del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y Bias Postproducción.

Este largometraje se estrenó en el 14 Festival Internacional de Cine de Guanajuato, como parte de la selección oficial de 2013.

Desde entonces ha tenido gran acogida por el público nacional e internacional. Se ha proyectado en los festivales Internacional de Cine de Monterrey, de Cine sobre Derechos Humanos y de Cine Latinoamericano de Biarritz, donde el público lo recibió emotivamente.

Rosario, memoria indómita se proyectará en la Cineteca Nacional a partir de este fin de semana, así como en Cine Tonalá, en Cinemanía Loreto y en el Instituto Francés para América Latina (IFAL); posteriormente itinerará por varias ciudades del país. Para informarse sobre horarios y funciones puede consultar la página www.cinetecanacional.net