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Los jugadores intercambiaron golpes en la cancha; en las tribunas hubo algunos enfrentamientos

América pierde lo invicto ante Pumas con gol de Dante López

Los auriazules suman su segunda victoria en el torneo

No queda más que masticar la bronca, lamentó el técnico Mohamed

Espero que el resultado nos dé el ánimo que necesitamos: Vázquez

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Darío Verón no dio tregua al ataque americanista. En la gráfica pelea el balón con Oribe PeraltaFoto Víctor Camacho
 
Periódico La Jornada
Domingo 31 de agosto de 2014, p. a13

El portero Moisés Muñoz se quedó helado mientras veía cómo la pelota seguía la trayectoria de la peor de sus pesadillas: a dos minutos del final recibía el gol con el que el América perdía 0-1 ante uno de sus archirrivales: Pumas, en el estadio Azteca. Perder el invicto de esa manera, con ese adversario, en ese lugar. Una pesadilla en amarillo y azul.

Ambos equipos salieron a entregar lo mejor. Las Águilas fueron más regulares, con un juego que explicaba por qué llegaban a este compromiso con 16 puntos y seis jornadas sin derrota.

El cuadro felino entregó su mejor versión del torneo. Con sólo una victoria y un empate en seis jornadas parecía el débil sobre la cancha.

El buen oficio con que el club de Coapa trabajó en el medio campo le permitió organizar mejores opciones de ataque en los primeros minutos del partido. Apenas iniciado, Michael Arroyo mostraba una fórmula que volvería loca a la defensa universitaria: por el carril izquierdo con un centro que apenas alcanzó a rechazar Luis Fuentes.

Aunque los de la UNAM también tenían salida, carecían de efectividad y estaban más atentos a un contragolpe y a contener las llegadas americanistas, cada vez mejor articuladas.

El control del ataque amarillo, sin embargo, no lograba doblegar al férreo Darío Verón. Y cuando pudo, la oportunidad se desperdició de manera vergonzosa.

Después de una buena combinación, Osvaldo Martínez disparó a las manos del arquero Alejandro Palacios, quien rechazó fácil. El rebote era un mero trámite para abrir el marcador, pero Luis Gabriel Rey se las arregló para fastidiar los ánimos de los aficionados águilas y mantener el marcador sin goles.

Pumas empezó a ganar terreno y América cedió la media cancha. Éste ahora buscaba contener las combinaciones entre Daniel Ludueña y Javier Cortés, pero sin perder las oportunidades de poner en peligro a los auriazules.

Todos parecían confiados. Alejandro Palacios sintió que tenía suficiente destreza para jugarle con los pies un duelo a Oribe Peralta, a un par de metros del arco. Apuesta casi suicida que sólo quedó en una ocurrencia dentro del área.

Con la adrenalina fluyendo con fuerza se fueron al descanso. El regreso de los vestidores no modificó las apuestas de ambos equipos. Apenas un cambio en el América: Moisés Velasco cedió su puesto para dar entrada al Topo Valenzuela.

El ánimo no decayó, pero conforme avanzaba el tiempo la urgencia de gol apremió en los dos frentes. Algunos jugadores buscaron salidas de emergencia y dispararon desde lejos. Los hizo Michael Arroyo y Miguel Layún, pero el tanto no caía.

América volvió a meterse al área y a poner a prueba a la zaga felina. Verón entonces dio una clínica de garra y disciplina: el paraguayo rechazó de tacón el asedio americanista y en el rebote todavía despejó a ras de suelo, lo que provocó la estruendosa ovación de la porra visitante.

El partido se agotaba y cada vez daba la impresión de un choque entre dos escuadras de fajadores, en donde el intercambio de golpes era continuo.

En las gradas también se reflejaron las fricciones. En el primer tiempo, fanáticos de Pumas pelearon con los policías que los custodiaron y al final hubo algunos pleitos entre las barras.

En las postrimerías del partido Martín Zúñiga disparó al arco con esos tiros de ilusión óptica que levantan a los aficionados eufóricos y los devuelve a sus asientos maldiciendo.

A punto de terminar el juego, un ataque de Pumas que rebotó en el americanista Paolo Goltz cambió la ruta de la pelota, dejando inmóvil a Moisés Muñoz, quien vio cómo Dante López prendía un disparo en el que se materializó la pesadilla de todo arquero amarillo.

El técnico del América, Antonio Mohamed, dijo que un partido como este dolía perderlo. Sobre todo, porque tenía la certeza de que su equipo generó más oportunidades de anotar pero no lo lograron: No queda más que masticar la bronca.

En tanto, Memo Vázquez celebró la victoria, sobre todo por la situación que atraviesa el equipo: Espero que este triunfo nos dé el ánimo que necesitamos para lo que sigue en el torneo.