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La nueva Meca petrolera

P

or si le faltara algo a Veracruz en materia de depredación ambiental, con la reforma energética la zona norte-oriente de la entidad se convertiría, de llevarse a la práctica los planes de Pemex para la explotación de gas y petróleo por medio de la fractura hidráulica (fracking), en un inmenso queso gruyere, con altísimos costos sociales que autoridades y representantes ciudadanos se empeñan en minimizar.

Declaraciones como la del procurador estatal del Medio Ambiente, Dalos Ulises Rodríguez, quien aseguró que no pasará nada porque eso ya se hace en todo el mundo, o la del diputado panista Tomás López Landero, quien dijo que es sólo un asunto mediático, confirman tanto el nivel de conocimiento como los compromisos adquiridos con empresas mucho antes de la aprobación de las modificaciones constitucionales.

Pemex habría presentado a inicios de marzo de este año el proyecto regional petrolero Poza Rica-Altamira y aceite terciario del Golfo 2013-2035 Pemex, a realizarse en 99 municipios hidalguenses, poblanos y veracruzanos y que incluye perforación de pozos exploratorios y de desarrollo, construcción de líneas de descarga y ductos, edificación de estaciones de recolección de gas y petróleo y tanques para la multifractura hidráulica, todos ellos ubicados en más de 66 mil 436 hectáreas.

En el paleocanal de Chicontepec se planean unas 22 mil distintas obras, aunque el documento presentado a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales el 13 de marzo considera que las proyecciones de construcción son tentativas, pues se desconoce su potencial en hidrocarburos y, por consiguiente, en inversión. Por cierto, aquella región se caracteriza por la marginación y las carencias de sus habitantes.

El tamaño del botín es tentador, pues reportes especializados ubican a México en cuarto lugar de reservas con 681 millones de pies cúbicos de gas en el subsuelo, sólo que para su extracción se requiere la fractura hidráulica, la misma técnica que ha sido rechazada en la Unión Europea y Estados Unidos.

Renacido como la nueva Meca en la época de la reforma energética, Veracruz enfrentará un renovado reto ambiental, sólo que ahora los reclamos de remediación no se harán con el Estado mexicano, sino con las trasnacionales petroleras, las mismas que, según el gobernador de California Jerry Brown, se los van a comer vivos.