Transparente, plural e incluyente fueron las palabras que María Cristina García Cepeda, titular del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), utilizó para referirse a la edición 16 de la Bienal de Pintura Rufino Tamayo.

Una exposición de la obra seleccionada –57 trabajos de 56 artistas–, fue inaugurada anoche en el museo que lleva el nombre del artista.

Del museo Tamayo a Oaxaca

Ayer por la mañana, durante un recorrido con reprsentantes de los medios, García Cepeda expresó: Desde que llegamos a la institución nos hemos propuesto escuchar las diferentes voces, a los artistas visuales. En este sentido hicimos algunas propuestas, como tener (por vez primera) un comité curatorial integrado por dos pintores (Patricia Soriano y Luis Hampshire) y un crítico (Érick Castillo), quienes seleccionaron la obra finalista del certamen.

Otra recomendación fue que aparte de los tres curadores, hubiera un comité de premiación. Los nombres de los integrantes del jurado se darán a conocer en septiembre, mes en que también se anuncian los ganadores de los tres premios de adquisición.

La exposición permanecerá en el Museo Tamayo Arte Contemporáneo hasta el 19 de octubre. Después itinerará en su segunda sede oficial, el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca, donde será abierta el 5 de diciembre y se efectuará la premiación oficial.

Hemos respetado que sea la pintura la que esté presente en esta bienal, aunque ya hay diferentes soportes, agregó la directora del INBA.

Reconocen trabajo de Pereda

Magdalena Zavala, coordinadora nacional de Artes Visuales, ofreció los siguientes datos duros: de los mil 22 participantes, 678 fueron hombres y 344 mujeres; hubo envíos de todas las entidades, menos de Campeche y Baja California Sur, aunque el Distrito Federal fue la que tuvo más representantes, por la densidad demográfica y el hecho de que los centros de producción están aquí. También participaron muchos pintores extranjeros residentes en México.

Zavala señaló que el total de 2 mil 606 obras sujetas a concurso fueron revisadas en sesiones curatoriales, en un trabajo de reflexión y discusión, cosa que las bienales anteriores no nos permitieron hacer. Ahora sí hubo un proceso de investigación, de claridad, de qué y cómo lo queremos decir, y para quién, que es justamente para la cultura misma de este país.

Érick Castillo, coordinador del comité curatorial, explicó que el criterio de esta bienal tiene que ver con la historia de las anteriores ediciones y atiende a la necesidad de hacer una revisión de carácter crítico-analítico. Destacó el trabajo que durante muchos años hizo Juan Carlos Pereda, curador del museo Tamayo, como responsable del certamen.