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Nochebús, única opción segura y barata para empleados y paseantes

Cada madrugada, 30 mil personas en promedio abordan alguna de las 11 rutas

El ahorro en transporte nocturno, el principal beneficio, afirman los usuarios

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A altas horas de la madrugada, las unidades lucen llenas de pasajeros, que por diversión o empleo deben trasladarse por diversos puntos de la capital. Escena a las dos y media de la noche en una unidad sobre Insurgentes SurFoto Carlos Ramos Mamahua
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Trabajadores de restaurantes y hoteles viajan sin ningún temor en los autobuses concesionados. Imagen sobre el Eje CentralFoto Carlos Ramos Mamahua
 
Periódico La Jornada
Sábado 9 de agosto de 2014, p. 31

En la madrugada, cuando los taxistas no tienen reglas para cobrar, el servicio nocturno de autobuses concesionados, RTP y trolebuses, conocido como Nochebús, se ha convertido en la única opción económica y segura de traslado para los trasnochados que salen a divertirse o para quienes ingresan o salen de trabajar después de la medianoche en la ciudad de México.

Habitualmente son empleados de restaurantes y hoteles, personal de hospitales y guardias de seguridad, quienes mayoritariamente y manera regular usan alguna o varias de las 11 rutas que están disponibles hasta la cinco de la mañana en las principales avenidas de la capital, que los lleva a algún punto cercano a sus domicilios.

La afluencia se incrementa durante los fines de semana, cuando los jóvenes frecuentan los antros, bares y discotecas del sur y centro de la ciudad.

A las tres o cinco de la mañana viene lleno y todos bien prendidos. La verdad, te ahorras una lana, el taxi te cobra 200 pesos de República de Cuba a Xola, y aquí sólo son siete pesos, resalta Adrián, estudiante universitario que se traslada en el trolebús que va sobre el Eje Central.

Para Manuel, quien se desempeña como vigilante en una empresa ubicada en Aragón y utiliza el Nochebús de la Terminal de Autobuses del Norte al centro, este servicio le representa un ahorro de entre 60 y 70 pesos cada tercer día.

En el corredor de Insurgentes, de norte a sur y viceversa, el autobús se convierte en punto de encuentro de cocineras, garroteros y meseros –algunos viajan aún con sus uniformes– de los diversos restaurantes apostados en la avenida.

Desde su salida, en Ticomán, el camión luce vacío hasta el Eje 1, donde recoge a los trabajadores del Fórum Buenavista. De ahí hasta el final de su recorrido no hay parada en la que no haya un grupo de personas esperándolo.

Todas las noches cerramos a las 12, pero en lo que haces cuentas, limpias y entregas las estaciones, mínimo te llevas una hora y ya no alcanzas el Metrobús, cuenta Estela, mesera de un restaurante en Reforma, quien todos los días se traslada hasta San Ángel.

Es sólo una parte de su trayecto, pero para ella esto ya representa una ayuda, pues de ahí va al pueblo de San Bernabé, en Magdalena Contreras, donde no hay otra opción más que los taxis.

Ya a estas horas, los taxis son colectivos, se juntan varias personas y nos cobran 45 pesos a cada uno. Es caro, pero imagínate si lo tomo desde Reforma, se lleva mi día y ni me alcanza, expresa.

Lo mismo sucede con Gabriel, también mesero, quien toma la ruta de Reforma y se baja en la avenida Robles Domínguez. De ahí tomó un taxi colectivo, que me cobra 25 pesos a la Gertrudis Sánchez.

Otra ventaja, según cuenta Elena, quien se desempeña como enfermera y utiliza el servicio de transporte nocturno sobre la avenida Revolución– es la seguridad. Desde que trabajo en la noche siempre lo utilizo y nunca me ha tocado ver un asalto. Está muy tranquilo el trayecto, apunta.

Se calcula que alrededor de 30 mil personas cada noche, en promedio, se trasladan en el Nochebús, que tiene costos de siete, ocho y 10 pesos, según la unidad que se aborde.

El presidente del consejo de administración del Corredor Insurgentes (CISA), Jesús Padilla, detalló que esta avenida es la que tiene una mayor demanda, con 5 mil usuarios cada noche.