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El autor angoleño lanza Barroco tropical, primero de sus libros que se publica en México

Agualusa, traductor de mundos, escribe para entender y provocar

Se dice consciente de que gran parte de sus lectores está lejos, en otras naciones, porque en África, en general, se lee muy poco

Afirma que su país es un manantial de historias

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Agualusa no considera que exista algo como nueva literatura africana, porque se trata de un continente muy grande, con muchos países, todos muy diferentes, algunos con escrituras muy desarrolladas, como Sudáfrica, y otros no tantoFoto cortesía de Almadía
 
Periódico La Jornada
Domingo 27 de julio de 2014, p. 2

Un escritor africano tiene gran parte de sus lectores lejos, en otros países, porque en África, en general, se lee muy poco, expresa el novelista angoleño José Eduardo Agualusa (Huambo, 1960), autor de Barroco tropical (Editorial Almadía, 2014), el primero de sus libros que se publica en México.

De allí que un escritor en África es también un traductor de mundos. Sabe que escribe no sólo para su pueblo, sino para otros, agrega vía telefónica desde Lisboa. De hecho, Agualusa suele publicar primero en Portugal o Brasil, y después en Angola, donde las casas editoriales no son muy fuertes. Además, en la medida en que los angoleños viajan mucho, compran los libros en Portugal o Brasil antes de que se publiquen en su país.

Aunque se le ha relacionado con la llamada nueva literatura africana, Agualusa considera eso algo muy loco, porque se trata de un continente muy grande, con muchos países, todos muy diferentes, algunos con literaturas muy desarrolladas, como Sudáfrica, y otros no tanto. Se asume más bien como escritor angoleño.

En caso de poder hablar de una nueva literatura africana, para el entrevistado se caracterizaría por su profundo enlace con el mundo contemporáneo. Son escritores que viajan mucho, que escriben desde un punto de vista muchas veces superior sobre su propio país. A quien desconozca la literatura que hoy día se produce en África le sorprendería la sofisticación de los escritores más jóvenes, así como el conocimiento que tienen del mundo. Aunque todavía no se puede hablar de un auge literario, definitivamente algo nuevo sucede.

También periodista, escribir le ayuda a comprender el mundo, en particular, Angola, país muy complejo, difícil y áspero. Si en primer lugar escribe para pensar, también lo hace para provocar un debate. Angola, continúa, aún lucha por la democracia, entonces, hay escritores que tienen una situación política concreta, de expresión, de pensamiento. Sin embargo, han salido escritores jóvenes muy interesantes, que pretenden promover el debate en los libros, de cuestionar los problemas de Angola que tienen que ver con la situación política, también con la aplicación de la moneda, el kwanza.

–¿Hay libertad de expresión?

–Hay una libertad de expresión limitada, puedes tener problemas con lo que publicas. La mayor parte de los periódicos están controlados por fuerzas vinculadas al gobierno. Por ejemplo, tenía una columna de opinión en un periódico que fue comprado por un grupo de generales. Quedé fuera y mi columna se acabó. Hicieron lo mismo con otros periodistas. Esto no quiere decir que te van a encarcelar, pero te van a pagar para que te calles, o van a comprar los periódicos o las revistas.

Los libros no tienen el mismo problema, porque pocos angoleños pueden leer. Entonces, es más importante lo que se publica en la prensa. En los libros puedes publicar lo que quieres, no hay control sobre ellos. No obstante, hay otro control, los escritores que tienen miedo de expresarse, ese es un gran problema en la literatura.

Agualusa, hijo de colonos blancos portugueses, ha estudiando y vivido fuera de Angola. Radicado en Luanda, la capital, desde 2004, ve su país como manantial de historias para un escritor. Sales a la calle, empiezas a hablar con las personas y cada una tiene una historia, porque es un país con un pasado muy agitado.

De acuerdo con el autor, Barroco tropical es un libro diferente a sus anteriores, que son más sencillos y atentaban contra mi imaginación. En éste, por demás excesivo, decidió crear una imaginería ficcional. Mientras que la historia central es pura imaginación, hay personajes sacados de la realidad que conoció cuando trabajaba como periodista, como la historia de un hombre que perdió la cara en la explosión de una mina y usa una máscara de Mickey Mouse.

El entrevistado, quien se dice influenciado por la literatura latinoamericana, sin conocer México, siente que ha de haber una similitud con este mundo mágico, esta locura que es Luanda. Recuerda que el recién fallecido escritor colombiano Gabriel García Márquez estuvo en Angola como invitado del entonces presidente Fidel Castro –había tropas cubanas allí–, y escribió un texto “muy interesante llamado Operación Carlota”.

También se remite a una entrevista que García Márquez concedió a un periodista colombiano, en la que habla de la relevancia de esa invitación, porque le permitió redescubrir los sueños de su infancia y aquel mundo mágico. Esto es lo que sentí la primera vez que leí a García Márquez, a Juan Rulfo o a Jorge Luis Borges. Hay un mundo que es lo mismo.