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Probé las drogas hace mucho y no me gustaron; cuando eres joven todo te llama la atención

Las leyendas del boxeo nos enseñaron lo que no se debe hacer, dice Juan Manuel Márquez

Estoy satisfecho con mi carrera y con lo que he logrado, dice el cuatro veces campeón del mundo

 
Periódico La Jornada
Viernes 25 de julio de 2014, p. a15

El mayor legado de los boxeadores de antaño son los ejemplos de las cosas que no se deben hacer, como malgastar el dinero o caer en algún vicio, afirma con tono severo Juan Manuel Márquez, considerado el mejor pugilista mexicano del momento.

Luego reflexiona unos segundos y con voz serena explica que si bien las grandes leyendas del boxeo nacional exhibieron en su momento su gran calidad, también dejaron muestras de situaciones que los deportistas no deben repetir.

Enseguida da un ejemplo: como lo que hacían muchas veces después de ganar una pelea, que se iban de parranda, cerraban un restaurante y pagaban la cuenta de todos. En ese momento lo agradecen, pero al final se olvidan de ti. La fama es efímera, pero esas experiencias nos han ayudado a los boxeadores de la actualidad a no cometer los mismos errores.

El Dinamita es un peleador fuera de serie, pues rompe con todos los estereotipos de los ídolos del pugilismo mexicano que han sido protagonistas de un sin fin de historias de desventura provocadas por el alcoholismo y las trampas de la fama.

Él es discreto. Ha sabido esquivar los vicios y las tentaciones. Mantiene su vida privada alejada de los reflectores y nunca ha estado envuelto en un escándalo. El único momento en que causó polémica fue cuando subió al cuadrilátero portando un pantaloncillo con el logotipo del PRI, en vísperas de las elecciones en Michoacán en 2011.

Me enseñaron el camino del bien

–¿Cómo haces para no dejarte arrastrar por las delicias que ofrece el éxito?

–En primera, soy un deportista profesional, por lo tanto tengo ética, dedicación y muchos ejemplos de cómo no quiero terminar mi carrera. Mis padres me inculcaron el camino del bien y eso se los voy a agradecer siempre –responde tajante mientras firma decenas de artículos promocionales para los seguidores que, impacientes, aguardan afuera del gimnasio Romanza, propiedad del mánager Ignacio Beristáin, quien ha sido su entrenador desde hace 19 años.

Resguardado en la ya mítica oficina del lugar, atiborrada de reconocimientos y fotografías que evocan grandes peleas, descansa unos minutos y agrega que es lamentable que aquellas glorias del boxeo mexicano hayan caído en malos pasos, y que en muchas ocasiones hayan terminado sus carreras en situaciones de pobreza.

Ellos tuvieron sus razones, no estaban bien asesorados y cometieron el error, pero lo importante es que algunos se dieron cuenta y ya se alejaron de esos vicios, comenta en entrevista con La Jornada.

Con tono jocoso, expresa: Yo toco madera, no sé qué sucederá cuando me retire. A veces las prohibiciones que tuviste te pueden llamar la atención, pero en lo personal quiero seguir haciendo ejercicio, dedicarme a mi familia, no irme por los malos pasos; ¡si no lo hago ahora, mucho menos después!.

–¿Actualmente ingieres bebidas alcohólicas?

–Siempre he dicho que ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre –responde y luego suelta una carcajada.

Y prosigue: Sí, de repente me tomo una copa con mis amigos. No digo que no, porque no soy de los que se persignan. Bebo una, dos, tres y hasta cuatro, pero no más, todo tiene un límite. Acaso una vez al año me pondré mareadón, pero no pasa de ahí.

–¿Has probado drogas?

–Sí, hace mucho tiempo y ¡no me gustaron! Cuando eres joven todo te llama la atención, ves a tus amigos y dices ¡uta! quiero saber qué sienten, pero puedo decir que ¡se siente horrible!, no me agradaron. Me di cuenta de que eso no era para mí.

Márquez Méndez (Distrito Federal, 23 de agosto de 1973) creció en Iztapalapa, una de las delegaciones más conflictivas de la ciudad de México, por lo que, señala, no le fue fácil estar al margen del alcohol y las drogas.

No quiero degradar a mi delegación, ni a mi colonia, la Ejército Constitucionalista, pero así como hay cosas buenas, también hay malas, aunque ya es cuestión de cada uno si quiere caer o no.

Lejos de los vicios, Dinamita apunta que crecer en ese barrio le sirvió para forjar su carácter y no temer a nada, ni a nadie. ¡Ahí tienes que defenderte o te agarran de bajada! ¡Y más te valía no mostrar miedo porque te iba peor!, exclama con un gesto de picardía.

Juanma, como le dicen algunos, ha estado vinculado al deporte de los puños desde pequeño. Su padre Rafael Márquez, quien fue boxeador profesional, le inculcó el gusto por esta disciplina, pues desde los siete años de edad le enseñó a golpear.

Haber practicado este deporte desde temprana edad me ayudó mucho, y aunque no me gustaba pelear, sí tenía ventaja sobre los niños más grandes y luego sí me los surtía, relata mientras relaja sus manos cansadas de firmar, las cuales no tienen rastros de pertenecer a un boxeador, pues son finas y con dedos largos.

Y aunque el deporte de los guantes no era precisamente su máximo objetivo en la vida, sí resultó ser su destino: A veces pienso que ¡no puede ser posible que me dedicara justamente a lo que no quería, y lo más increíble es que me dio resultados que nunca imaginé!

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Juan Manuel Márquez dice que analizará la posibilidad de sostener un quinto combate con Manny PacquiaoFoto Notimex

Explica que para ser un buen peleador debes tener un don, y yo lo tenía. Afortunadamente lo descubrí en buen momento. Entonces tomé la determinación de explotarlo y gracias a Dios he conseguido buenos resultados.

Enseguida aclara: Pero no basta con tener esa capacidad. También hay que esforzarse, ser dedicado, entrenar diariamente y entregarse por completo a esta carrera.

Un camino difícil

Hasta el momento, Márquez tiene un récord de 56 victorias, 40 de ellas por nocaut, siete derrotas, ninguna por la vía del cloroformo, y un empate. En su extenso palmarés puede presumir haberse coronado en cuatro diferentes divisiones: pluma, superpluma, ligero y superligero.

No obstante, fue hasta después de los 30 años de edad cuando comenzó a destacar en el medio boxístico, gracias a las victorias que obtuvo frente a peleadores de renombre como Marco Antonio Barrera, Juan Díaz y Michael Katsidis.

Pero definitivamente, las contiendas que han marcado de forma decisiva su carrera son las que ha disputado ante su máximo oponente: el filipino Manny Pacquiao.

Esa intensa rivalidad los ha llevado a enfrentarse en cuatro ocasiones: la primera (noviembre de 2004) terminó en empate, en la siguiente (marzo 2008) triunfó el Pacman, la tercera (noviembre 2011) acabó en una polémica victoria para el filipino y en la reciente (diciembre 2012) Márquez ganó de forma contundente al enviar al asiático a la lona con un potente derechazo cruzado al final del sexto round, con lo que le asestó el primer nocaut de su carrera.

¡Uta! ¡Nada más me acuerdo de esa tercera pelea y todavía me da coraje! Hice un trabajo bueno, gané claramente, pero los jueces decidieron levantarle la mano a él, relata aún enojado, al tiempo que reconoce que esa contienda ha sido la decepción más grande de su trayectoria.

Pero su voz y su gesto cambian de inmediato cuando habla del cuarto enfrentamiento, el cual, por el contrario, considera ha sido su mayor satisfacción: He logrado varias cosas, pues a lo largo de mi carrera he tenido que brincar muchos obstáculos, pero mi satisfacción más grande ha sido ese cuarto combate ante Pacquiao.

Orgulloso, expresa: ¡Imagínate!, ver que lo consideraban el mejor boxeador libra por libra y después de esas peleas, en las que ganábamos claramente pero nos negaban el triunfo, culminar con ese gran nocaut, para mi es como cerrar ¡con broche de oro!

Después del memorable nocaut que le propinó a Pacquiao, muchos pensaban que Márquez se retiraría, pues era el momento ideal para hacerlo: estaba en la cúspide de su carrera y con 38 años encima.

Sin embargo, eso no sucedió. Ha disputado dos peleas más: el año pasado ante Timothy Bradley, en la que perdió por polémica decisión. Esa derrota le impidió cumplir uno de su principales objetivos: obtener su quinto título mundial en cinco diferentes divisiones. La segunda contienda fue hace unos meses ante Mike Alvarado, donde los jueces le dieron el triunfo.

A sus 40 años, su permanencia en el boxeo aún es incierta, pues se resiste a alejarse de los cuadriláteros. Asegura que todo dependerá de su condición física, la cual considera que aún es buena.

También existe incertidumbre respecto de una quinta pelea con Manny Pacquiao. Después de la cuarta había negado rotundamente la posibilidad de un siguiente enfrentamiento; pero ahora dice que tendrá que analizarlo.

–Algún día llegará el momento de tu retiro… ¿Seguirás ligado al boxeo?

–Sí, me gustaría trasmitir la experiencia que tengo como boxeador. Podría ser promotor, apoyar a peleadores y enseñarles que a esto se llega con sacrificio, entrenamiento y buena preparación.

Mi dinero está a salvo

A lo largo de su carrera, Márquez ha amasado una pequeña fortuna de varios millones de dólares. Incluso, el año pasado, la revista Forbes lo ubicó en el cuarto lugar de su listado de los 15 deportistas mexicanos mejor pagados en 2013, con ingresos de entre 8 y 10 millones de dólares.

–¿Qué has hecho con todo el dinero que has ganado?

–Lo he cuidado, he hecho bien las cosas y lo he invertido. Está a salvo. No quiero retirarme y empezar a carecer de cosas, hay que ser precavidos y buscar la manera de seguir satisfaciendo las necesidades, aunque uno ya no esté peleando.

–¿Eres feliz?

–Completamente. Tengo a mi familia y no le debo nada a nadie y nadie me debe a mí. Estoy satisfecho con mi carrera y contento con lo que he logrado, pues como dicen aquí en el medio… muchos son los llamados, pero pocos los elegidos.