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Temperaturas extremas y bandas delictivas los acechan

En BC, las rutas de la muerte para migrantes
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Recorrido realizado con integrantes del Grupo Beta por el desierto bajacalifornianoFoto Alfredo Domínguez
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Periódico La Jornada
Lunes 14 de julio de 2014, p. 4

Tecate, BC, 13 de julio.

En Baja California existen múltiples rutas en los municipios de Tijuana, Tecate y Mexicali, las cuales son utilizadas por los migrantes que intentan llegar a Estados Unidos. La Rumorosa es una de las más recurridas y más peligrosas. No obstante, cada una tiene riesgos naturales por el clima, la geografía y la fauna. A ello se agrega el riesgo de que los guías o polleros abandonen a los indocumentados, porque los recorridos se hacen de noche.

En las rutas montañosas de Tijuana –como en toda esa zona fronteriza– la oscuridad es aprovechada por bandas de traficantes de personas que plagian a los migrantes, los meten en cuevas, los golpean, les quitan la ropa, los zapatos, la comida y el agua para que no puedan huir.

Los delincuentes llegan a ellos sin ser vistos, porque durante horas vigilan rutas como El Nido del Águila, donde los migrantes secuestrados son obligados a pedir dinero a sus familiares para que sus captores los dejen en libertad.

No existen registros de migrantes asesinados ni victimizados por delincuentes dentro de las cuevas o en los caminos hacia Estados Unidos. Tampoco nadie conoce muy bien el interior de las cuevas, donde se han encontrado cobijas, botellas de agua y restos de comida, así como armas de fuego.

Pocas denuncias

Pocas víctimas denuncian. Algunos regresan a zonas donde son visibles para pedir ayuda. Hace unas semanas, los Grupos Beta descubrieron a cuatro personas que fueron secuestradas y se encontraban dentro de una cueva. Los delincuentes huyeron, dejándolas a su suerte.

Los pocos que superan las condiciones climatológicas y llegan a la frontera de México y Estados Unidos se encontrarán con la Patrulla Fronteriza, que en aquellos lugares donde no existe el muro ha desplegado agentes en vehículos cada cinco kilómetros, colocado torres con cámaras y sistemas de detección y alerta de movimiento que facilitan la ubicación de quienes pretenden llegar a una carretera o localidad estadunidense.

Ademas, advierten policías municipales bajacalifornianos, los migrantes deben levantar de inmediato las manos, no intentar meterlas a las bolsas del pantalón o resistirse, porque los agentes de la Patrulla Fronteriza están autorizados a disparar si consideran que están en riesgo.

En Mexicali existen dos puntos (Cerro El Centinela y Laguna Salada) por los cuales caminan los migrantes; en ambos casos la temperatura alcanza hasta 55 grados centígrados en estos meses de verano.

Frente al cerro El Centinela el Ejército Mexicano tenía un puesto de vigilancia. Dos cuartos de cuatro metros cuadrados en medio de la zona desértica y montañosa conocida como Sierra Cucapá. Hoy los cuartos no tienen techo, el sol ha carcomido las paredes que un día estuvieron pintadas de verde olivo. Dentro hay platos desechables y restos de comida, cobijas, botellas de agua... ‘‘Son cosas que dejan los migrantes que intentan llegar a Estados Unidos’’, aseguran los integrantes del Grupo Beta en Mexicali.

En el exterior hay un guante de látex tirado. ‘‘Es testigo de una de centenares de historias. Ha estado allí durante casi dos años. En agosto de 2012 realizábamos un patrullaje de rutina, cuando llegamos a lo que era un puesto de control militar; vimos que en el costado de una de las paredes había una persona al parecer descansando.

‘‘Nos acercamos para ofrecerle agua, comida, y advertirle de los peligros de caminar por esta ruta. Pensamos que seguramente caminó por la tarde y se sentó para descansar y cubrirse del sol, porque después de las cuatro ahí hay sombra. Le estuvimos hablando y nada. Ya que estuvimos cerca nos dimos cuenta de que su piel estaba hinchada. Pensamos que tal vez estaba vivo, pero no. Un golpe de calor lo mató sin sentir.’’

El cerro El Centinela está localizado a 20 kilómetros de Mexicali; su ubicación geográfica lo coloca como una de las rutas para llegar a Estados Unidos. Tiene una altura de 750 metros y para llegar a él hay que caminar por zona desértica desde la carretera Mexicali-Tijuana. El puesto de control militar se ubica entre la falda del cerro y la autopista.

Sobre la persona muerta por golpe de calor comentan: ‘‘Los grupos Beta lo conocieron como Juan. Tenía 21 años; llegó a Mexicali dos días antes de quedarse dormido recargado en la pared, mientras sus órganos disminuían sus niveles de actividad hasta detenerse. No sintió nada.

‘‘Supimos su nombre y cuándo había llegado porque durante el levantamiento del cuerpo los del Servicio Médico Forense (Semefo) le encontraron un pase de abordar. Era de Puebla y quería cruzar a Estados Unidos. Los restos fueron identificados por su padre’’, narraron los integrantes del Grupo Beta. Hasta hoy, junto a la pared del puesto militar está un guante de látex que utilizó el personal del Semefo para levantar el cadáver.

Laguna Salada es uno de los atractivos turísticos en Baja California y también una de las rutas para quienes buscan llegar a Estados Unidos. Es la zona más baja de México: tres metros bajo el nivel del mar. En verano la temperatura supera los 55 grados centígrados en el día y por la noche se llegan presentar nevadas.

En medio de esa zona desértica los migrantes caminan horas, principalmente durante la noche. En el día se resguardan bajo pequeños matorrales y hasta han llegado a construir una pequeña choza con varas de huizache para mitigar los rayos del sol.

Durante un recorrido por esos caminos hay algunos puntos en los que fueron desperdigadas ropa interior, pantalones, calcetas, cosméticos. Junto había dos palos con gruesas y largas espinas. Una parte de las varas fue cortada para sostenerlas, al parecer para poder blandirlas como armas, ya que una de ellas tenía en una de sus puntas un calcetín con piedras.

No hay nadie que pueda aclarar qué sucedió en ese camino hacia la zona que se conoce como Los Asteriscos (pedazos de vía de tren soldados y colocados por el gobierno estadunidense), que señalan dónde termina el territorio mexicano.

Llegar hasta allí costó a los migrantes entre 6 y 9 mil dólares y de tres días a una semana de recorrido escondiéndose entre matorrales. Al traspasar Los Asteriscos su reto será superar la Patrulla Fronteriza, pero esa ya será otra historia.