Río de Janeiro, 9 julio.

El entrenador Luiz Felipe Scolari nunca más volverá al comando de la selección nacional, dijo el futuro vicepresidente de la Confederación Brasileña de Futbol (CBF), Delfim Peixoto, tras la goleada 7-1 recibida ante Alemania en las semifinales del Mundial.

Scolari fue demasiado terco, en todos los momentos, desde la convocatoria hasta la elección del sistema táctico, consideró el dirigente.

“Todo estuvo mal, pero una cosa puedo asegurar: nunca más Felipao estará con una selección brasileña. Es una vejación, una vergüenza”, agregó Peixoto en declaraciones al portal del canal ESPN Brasil.

Peixoto, quien será el vicepresidente de la CBF a partir de abril, opinó que Scolari debería jubilarse: No habrá lugar para él en ningún equipo brasileño. Ni ahora ni nunca más. Él no necesita plata. Debería recoger sus cosas y decir adiós.

En una rueda de prensa realizada en el búnker de Brasil en Teresópolis, Scolari y su coordinador técnico, Carlos Alberto Parreira, sostuvieron que es injusto condenar todo el trabajo realizado a lo largo de ocho meses a raíz de una derrota no esperada que, según aseguraron, fue algo equivalente a un tsunami.

Teníamos un equipo preparado, un sistema definido y no esperábamos el resultado catastrófico de ayer. Pero no hay que olvidar que Brasil, después de 2002, llegó por primera vez a una semifinal. El trabajo no fue todo malo. Tuvimos una derrota mala, argumentó Felipao.

Los aptos se fueron

“Estamos entre los cuatro mejores equipos del mundo. Nuestro grupo llegó a semifinal, a diferencia de otras grandes selecciones que estuvieron aquí que se fueron en la primera o segunda fases. Los aptos se fueron y nosotros estamos en semis”, agregó.

No eludió las dimensiones de la derrota, sólo alcanzó a decir que no sabía cómo explicar el desconcierto general: Veremos si hay posibilidad de sacar alguna lección del partido de ayer, pero no hay forma de volver atrás. Sé lo que es la vejación, lo que es la vergüenza y esto no me abandonará jamás.

Por otro lado, este miércoles el ex astro y actual diputado Romario pidió prisión para los dirigentes del futbol brasileño, a quienes responsabilizó por el fracaso del deporte rey en su país. Dijo que el deterioro se arrastra desde hace años y la corrupción de la CBF es el origen de ese declive.

Pese a la inconformidad tras la histórica derrota de la verdeamarela, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, dijo que no cree que este escenario reviva el ánimo de protesta del año pasado.

Tuvimos la experiencia de ser sede de la Copa del Mundo en paz y con un gran sentido de la celebración. Hay una característica en el futbol: está hecho de triunfos y derrotas, es parte del juego. Ser capaces de sobreponerse a la caída creo que es la característica de un gran equipo y de una gran nación, señaló.

Admitió que ni en sus peores pesadillas soñó con una derrota tan apabullante de su país en semifinales de la Copa del Mundo.

En ese sentido, el impacto fluye directo al ánimo del pueblo brasileño, pero no afectará su desarrollo, pues existe poca relación entre el futbol y los resultados económicos en Brasil, según un informe de analistas del banco suizo UBS publicado en junio.

El estudio enfatiza que para crecer económicamente, lo que el país sudamericano necesita no es ganar la Copa sino resolver problemas estructurales.

Fue una goleada que quedará grabada en la memoria mundial y que también tuvo un correlato increíble con los apostadores. En la sede mundialista dos brasileños se arriesgaron con el 7-1 impensable antes del encuentro.

Uno de ellos tuvo una televisón como recompensa, el otro afortunado se llevó 70 dólares en un bar. Y en el Reino Unido, al menos cuatro personas atinaron sus pronósticos. Algunos ganaron hasta 4 mil 277 dólares con una derrota que todavía no se explican los brasileños.