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Nadie puede fabricar un sentimiento que no siente, señala el violinista y director artístico

Me gusta el músico honesto consigo mismo, dice Pinchas Zukerman

Ocupará el podio de la Royal Philarmonic Orchestra durante dos conciertos en el Palacio de Bellas Artes

Participará su esposa, la violonchelista Amanda Frosyth

 
Periódico La Jornada
Miércoles 9 de julio de 2014, p. a13

Un buen músico, ante todo, debe ser una persona honesta, consideró ayer el violinista y director de orquesta Pinchas Zukerman (Tel Aviv, 1948), en víspera del primero de sus dos conciertos en el Palacio de Bellas Artes al frente de la Royal Philharmonic Orchestra (RPO).

Me gusta el músico que es honesto consigo, porque lo es también con su instrumento y la música. Nadie puede fabricar un sentimiento que no tiene, destacó el prestigiado ejecutante de origen judío en rueda de prensa, en la cual estuvo acompañado por su esposa, la violonchelista Amanda Forsyth..

El intérprete debe entender la opinión que el compositor plasmó en la partitura y hacer la suya propia, pero sin salirse de los límites que marca la obra; si lo hace, no vale entonces la pena.

Los dos conciertos que Zukerman y la RPO ofrecerán en el Palacio de Bellas Artes son parte del programa internacional con el que se conmemora el 80 aniversario del máximo recinto cultural del país.

La primera presentación tendrá lugar hoy miércoles, con un programa dedicado a Beethoven, en el que serán interpretadas la obertura de Las criaturas de Prometeo; el Concierto para violín y orquesta (en el que Zukerman será solista) y la sinfonía número 7.

El segundo programa, el jueves 10, constará del Doble concierto para violín y violonchelo de Johannes Brahms, en el que Zukerman alternará con Amanda Forsyth, y la tercera sinfonía de Beethoven, conocida como la Heroica.

Durante su encuentro con los medios de comunicación, el artista israelí aclaró que alternar sus facetas de violinista y director es algo natural y nada complejo.

Precisó, sin embargo, que para ello se requiere de mucha dedicación, entrega y trabajo: Si algo debe evitar todo músico es incurrir en la mediocridad.

Conocimientos y química

Pinchas Zukerman también habló de la fortuna que ha representado para su faceta de director artístico haber conocido y trabajado, cuando apenas comenzaba su carrera, no sólo con algunas de las más grandes figuras de la dirección orquestal, sino con verdaderos íconos de la música, como Leonard Berstein.

No sólo aprendí de ellos como músico, sino también como íconos. Estar frente a una orquesta es estar enfrente de 160 o 180 ojos que esperan que uno sepa de música. La dirección es mucho de conocimientos y de química, una experiencia difícil de describir; es algo que cada quien debe ver y escuchar.

Entre otros aspectos, Zukerman reconoció que era poco afecto a estar en clases, porque siempre ha sido muy inquieto. Sin embargo, resaltó para él la enseñanza es un factor fundamental y que por ese motivo dedica parte de su tiempo a la docencia.

En ese campo, subrayó que uno de sus principales intereses es hacer entender que la carrera musical es un viaje muy largo: Es muy importante tener conciencia de esto, así como del ambiente del que cada quien proviene. Lo principal, entonces, es vivir. Aparte de una muy buena preparación, quien aspira a ser músico tiene que vivir, viajar y conocer la mayor parte de aspectos de su vida.

Consideró que la siguiente generación de músicos traerá muchas cosas buenas, porque cuentan con más información que antes en la historia.

Otro de los rubros abordados por el violinista fue la conveniencia de aprovechar el desarrollo tecnológico para difundir la música de concierto, en particular Internet, así como para la enseñanza y el aprendizaje de esa disciplina.

Inquiridos sobre el tema, Amanda Forsyth y Pinchas Zukerman aceptaron que su relación sentimental sí influye en sus respectivas carreras como artistas.

Siempre estamos juntos, platicamos, exploramos, practicamos, por eso cuando tocamos juntos hay una especie de telepatía. Cuando Pinchas hace algo hermoso en el violín, siento gran alegría y mi amor se profundiza, pero cuando llegar a equivocarse incluso es motivo de disgusto, contó la violonchelista.