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Más de 40 legisladores y siete ministros huyen a Ammán con sus familias: prensa local

Temor de que Bagdad quede atrapada en la violencia sectaria que sacude a Irak

Asesinan en Baquba a 63 presos sunitas

Pese a los triunfos del Isil, no se prevé caída de Maliki

The Independent
Periódico La Jornada
Miércoles 18 de junio de 2014, p. 34

Bagdad, 17 de junio.

Irak se precipita hacia un futuro dominado por masacres y contramasacres sectarias, entre evidencias de que 63 prisioneros sunitas fueron asesinados por la policía iraquí o por milicianos chiítas durante un ataque insurgente.

Las matanzas ocurrieron en Baquba, en las cercanías al noreste de Bagdad, cuando un ataque de milicianos sunitas amenazaba con doblegar un centro de la policía donde se retenía a los cautivos.

Un vocero de la defensa del gobierno, el coronel Qassem Atta, afirmó que los hombres fueron muertos por proyectiles insurgentes. Pero funcionarios de la morgue sostuvieron que los jóvenes recibieron repetidos disparos a corta distancia. Durante el fin de semana, el Isil mostró imágenes de cuerpos que, según esa milicia, eran de mil 700 uniformados chiítas ejecutados en Tikrit.

El potencial de asesinatos en masa es mayor hoy que durante la guerra civil sectaria entre sunitas y chiítas de 2006-07, cuando por lo regular eran individuos quienes cometían los asesinatos y ejecuciones. En cambio, en el conflicto que hoy se extiende por el norte de Irak, enclaves aislados de sunitas o chiítas son capturados por sorpresa, antes que sus pobladores tengan tiempo de escapar.

Baquba, que es puerta de entrada a Bagdad, está en la provincia de Diyala, de población mezclada entre sunitas, chiítas y kurdos, alguna vez famosa por los cultivos frutales, pero hoy más conocida por las masacres sectarias.

La tensión es alta porque la revuelta sunita encabezada por las fuerzas de choque del Isil se acerca a Bagdad, entre temores de que la capital misma pudiera quedar atrapada en la violencia. La ciudad tiene una sustancial mayoría chiíta, pero está rodeada de ciudades y poblados sunitas. Ambos bandos estimulan cambios demográficos para favorecer a los suyos, mediante matanzas de rivales a las que dan gran difusión.

Las líneas de batalla parecen menos fluidas al norte de Bagdad que hace unos días, pero el Isil ha capturado la población turcomana-chiíta de Tal Afar, de 200 mil habitantes, al oeste de Mosul. El gobierno dijo este martes que envió tropas de élite a rescatarla, pero su derrota el domingo, 10 días después que comenzó la ofensiva del Isil, es ominosa porque el gobierno ya no puede alegar que fue tomado por sorpresa o a traición. Su ejército de 350 mil elementos aún no ha podido tener una victoria clara en ningún frente desde la caída de Mosul, y esto tiene un efecto desmoralizador en los chiítas, que constituyen 60 por ciento de los iraquíes.

El gobierno minimiza sus derrotas o no las menciona, y cuando un televidente o lector de periódicos iraquí llega a enterarse por primera vez de que se ha perdido más territorio ante el Isil es cuando se da la noticia de un heroico contrataque en el que se han infligido fuertes bajas al enemigo. Sobre Tal Afar, el encabezado de un periódico muy leído en Bagdad decía que las mujeres de la ciudad se habían unido a la batalla contra el Isil.

Un habitante de Tal Afar, contactado por teléfono, tenía un relato más sombrío de la caída de la ciudad. Dijo que fue bombardeada las 24 horas por artillería capturada al gobierno por los insurgentes, y que no había soldados suficientes para sostener las cuatro entradas a la ciudad contra los 3 mil combatientes del Isil, mientras en Peshmerga desaparecieron los soldados kurdos que habían estado cerca de la ciudad. El testigo había huido con su familia a Sinjar, zona kurda ubicada más al oeste.

Si el ejército iraquí pudiera ganar algunas de estas batallas, haría mucho para aquietar los temores de que el ejército es disfuncional pese al cuantioso gasto militar realizado en casi una década. En cambio, los iraquíes conocen afirmaciones de éxito imposibles de verificar en los canales de televisión del gobierno y en los periódicos oficialistas.

Si observa uno lo suficiente la televisión del gobierno, acabará concluyendo que no queda un solo miembro del Isil en el país, comentó un observador.

Las noticias espurias o exageradas del éxito del ejército iraquí sirven sólo para deprimir el ánimo popular. Las imágenes en televisión sobre ataques aéreos gubernamentales y los números exactos de pérdidas del enemigo pasan por alto que el gobierno cuenta con muy pocos aviones de ala fija o helicópteros. Un soldado que combatía en la provincia de Al Anbar señaló: los soldados ni siquiera consiguen comida suficiente.

Un mejor indicador de las expectativas oficiales publicadas en un periódico de Bagdad es el número de altos funcionarios que han abandonado el país. El diario, llamado al-Mashriq, informa que 42 miembros del parlamento iraquí y siete ministros se han trasladado a Ammán, la capital jordana, con sus familias.

Dhia’a Assadi, legislador que ha permanecido en Bagdad y es uno de los líderes del movimiento de Moqtada Sadr, expresó: Esperamos días terribles. Serán decisivos para saber si el país permanecerá unido. No prevé la caída del primer ministro Nuri Maliki porque la mayoría de los chiítas se alinearían tras él en la crisis actual, la cual perciben como un intento de despojarlos del poder que les corresponde como sector mayoritario iraquí que estuvo sujeto durante mucho tiempo a la dominación sunita. Además, no cree que Irán permitiría que Bagdad cayera en manos de una contrarrevolución antichiíta.

Las expectativas sobre las acciones de Irán y Estados Unidos tienen una parte importante en determinar la forma en que los iraquíes ven la crisis. La frontera iraquí está muy cerca de Bagdad, y las fuerzas iraníes de tierra podrían llegar aquí con facilidad, pero los iraníes siempre han preferido actuar por medio de aliados y consejeros en Irak. Un problema es la falta de tiempo: chiítas en gran número se han ofrecido de voluntarios para combatir al Isil, pero, como apuntó un observador, muchos de ellos sólo han disparado una pistola al aire en una boda y necesitan adiestramiento.

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya