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Si se aplica la sentencia se tendrían que pagar 15 mil mdd: ministro

Argentina propondrá un canje de deuda en los fondos buitres

El FMI, preocupado por las implicaciones del fallo estadunidense

Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 18 de junio de 2014, p. 33

Buenos Aires, 17 de junio.

El ministro argentino de Economía, Axel Kicillof, afirmó hoy que aunque el fallo de la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos resulte desfavorable para el país, el gobierno no está dispuesto a hacer arreglos bajo cualquier condición, propondrá un canje de deuda de acuerdo con la legislación nacional y no permitirá la caída de la restructuración de la misma y de los principios que guiaron este proceso de desendeudamiento y a la vez recuperación después de la severa crisis de 2001.

Varios movimientos sociales y políticos realizaron anoche una marcha en defensa de la soberanía frente a la embajada de Estados Unidos y en rechazo a la decisión de la Suprema Corte estadunidense que ayer rechazó una apelación argentina, y ratificó el fallo de un tribunal menor que le ordena pagar al contado mil 300 millones de dólares a los poseedores de bonos buitres.

Desde Washington, el Fondo Monetario Internacional (FMI) manifestó que está preocupado por las implicaciones más amplias que podría tener la decisión judicial favorable a los fondos especulativos contra Argentina en Estados Unidos sobre la restructuración de deudas soberanas. El litigio actual con Argentina podría tener implicaciones profundas sobre futuras restructuraciones de deuda, dando más poder a los fondos especulativos”, dijo un vocero en breve comunicado, reportó Afp.

En conferencia de prensa realizada en el Palacio de Hacienda, Kicillof analizó que la restructuración de la deuda que ahora está en juego es uno de los pilares centrales del crecimiento que ha tenido el país estos años, y dijo que pagar a los fondos buitres una suma multimillonaria atenta contra el esfuerzo y el sacrificio de la nación.

También anunció que se darán pasos para un nuevo canje de deuda con legislación argentina, mientras se instruyó a los abogados defensores que pidan una audiencia para hablar con el juez neoyorquino Thomas Griessa para aclarar puntos del fallo que favorece a los fondos buitres.

El funcionario detalló pormenores de la deuda en forma didáctica y recordó que si se aplicara la sentencia del juez Griessa, Argentina se vería obligada a pagar no sólo mil 300 millones de dólares de bonos comprados por monedas aprovechando la crisis, sino 15 mil millones, porque se sumarían reclamos de quienes aceptaron los canjes en 2005 y 2010.

“El juez Griessa empuja a Argentina al default (cesación de pagos) por una deuda de los que no aceptaron la restructuración del canje”, dijo, y explicó que el próximo 30 de junio debían enviarse los fondos para los bonistas que negociaron, “pero se le ordenó al banco en Nueva York que no se podía pagar a éstos, si no pagamos antes los mil 500 millones a los buitres.

Advirtió que si enviamos esos fondos van a ser embargados, pero si pagáramos los mil 300 millones que nos exigen, como ya dije, vendrían los reclamos y la cifra sería impagable y excede nuestra capacidad. No podemos permitir que nos impidan honrar la deuda negociada con los bonistas y estamos buscando pasos para pagar en Argentina.

Respondió además a algunas críticas de la oposición que llama a negociar. Los buitres son buitres porque no negocian, van a juicio para obtener el total de su reclamo.

Destacó que Argentina no está sola en este caso y tiene el apoyo de grandes economistas muy importantes de países como Francia, Brasil, México y de toda América Latina como se demostró en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños y en la reciente reunión de la Unión de Naciones Sudamericanas.

Pero destacó especialmente el malestar de algunos organismos internacionales y la preocupación que manifestó el FMI y una serie de países afectados por estas maniobras financieras.

“Quédense tranquilos, está todo estudiado en profundidad. Se tomaron las medidas para impedir que la reconstrucción de la situación financiera de Argentina esté en riesgo por la acción de pequeños grupos que no buscan otra cosa que jaquear a los países”.

La Suprema Corte de Estados Unidos tomó una decisión que va en línea con quienes quieren tirar abajo la restructuración de la deuda argentina que no tuvo precedente, dijo Kicillof, y afirmó que muchos quieren destruir los éxitos con que se manejaron estas situaciones con los diversos canjes y también con la última negociación con el Club de París, en un endeudamiento que heredamos y estamos solucionando de la mejor manera para el país.

Se refirió a sectores de la oposición que quieren que se regrese al endeudamiento, al ajuste a la rebaja de planes sociales, lo que significa hambre, empobrecimiento y volver atrás todo lo que se ha logrado en estos años.

Errores conceptuales

La oposición, incluso algunos de los que acompañaron a Estados Unidos a la delegación de parlamentarios para tratar de lograr otra resolución de la Suprema Corte, comenzó una campaña para golpear al gobierno, aunque hay diferencias de posiciones.

Mario Blejer, ex presidente del Banco Central de Argentina, advirtió que “los fondos buitres se sentarían a negociar para evitar que sigan subiendo sus gastos de representación. Su interés es cobrar lo más rápido posible en neto”.

Mencionó errores conceptuales en el fallo. “No puede ser que compren bonos y se beneficien por el riesgo país y que luego vayan a la Corte y obliguen a pagar el 100 por ciento. El fallo me parece inapropiado y arbitrario.

Agustín D’Attellis, especialista en mercado financiero, consideró que Argentina “vino pagando a rajatabla todos los compromisos financieros, tiene los niveles de solvencia más altos del mundo y aún así enfrenta la posibilidad de entrar en default, es una locura, y todo esto por el nivel de presión que tienen los fondos buitres”. Desde su punto de vista el poder que estos tienen es mucho más grande de lo que todos imaginan y sostuvo que hay una intencionalidad política clara, porque si uno tiene intención de cobrar abriría un marco de negociación.