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Radicales protagonizan disturbio frente a embajada de Rusia en Kiev

Pro rusos derriban un avión militar de Ucrania; 49 muertos
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Separatistas recuperan municiones de la aeronave echada abajo, la cual recibió dos impactos de cohetes portátiles tierra-aire IglaFoto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 15 de junio de 2014, p. 22

Moscú, 14 de junio.

Apenas un día después de que el ejército enviado por el gobierno de Kiev a la zona, tras expulsar a los rebeldes, estableció pleno control sobre el puerto de Mariupol, en la región de Donietsk, 49 militares ucranios murieron la madrugada de este sábado al derribar los insurrectos pro rusos un avión de transporte IL-76 en Lugansk, este de Ucrania.

El aparato –según reportes preliminares de la fiscalía ucrania– recibió dos impactos con cohetes portátiles tierra-aire Igla, de fabricación rusa, lanzados por milicianos separatistas cuando había iniciado las maniobras para aterrizar en el aeropuerto de Lugansk.

A bordo viajaban nueve miembros de la tripulación y 40 paracaidistas de Lvov que participaban en una rotación regular de tropas, según el Ministerio de Defensa ucranio, y que, en la versión de los separatistas, eran refuerzos y llevaban comestibles y pertrechos a los militares que están sitiados en el aeropuerto.

Los lanzacohetes Igla tienen un alcance máximo de 3 mil 500 metros y son los mismos que se utilizaron para derribar, hace algún tiempo, un helicóptero del ejército ucranio cerca de Slaviansk, con 14 militares dentro, entre ellos el general Serguei Kulchitsky, jefe del centro de preparación de efectivos de la guardia nacional de Ucrania.

El presidente Petro Poroshenko decretó duelo nacional para este domingo, al tiempo que unos 300 jóvenes radicales lanzaron huevos y piedras contra la embajada de Rusia en Kiev, volteando los coches de los diplomáticos estacionados frente al edificio.

Los rebeldes del este, reforzados con voluntarios reclutados en el Cáucaso del norte y otras regiones de Rusia, incluso en Moscú, declinan la amnistía ofrecida por Poroshenko y mantienen la resistencia armada, adoptando tácticas de guerrilla. Así, en una clásica emboscada en las afueras de Mariupol, un grupo de rebeldes tiroteó esta mañana un camión con soldados ucranios, matando a tres.

El Kremlin hace oídos sordos a los llamados de los insurrectos de enviar tropas de pacificación para detener al ejército ucranio, el cual continúa, sin pausa y de modo selectivo, su ofensiva contra los bastiones separatistas. A temprana hora de este sábado, por ejemplo, dos aviones bombardearon la sede de la policía en Gorlovka, convertida en cuartel general de los rebeldes en esa ciudad a 50 kilómetros de Donietsk.

Moscú considera que Kiev debe poner fin a la operación militar en el este de Ucrania para poder iniciar la búsqueda de un arreglo político con los rebeldes, pero el gobierno ucranio no otorga condición de interlocutores a los líderes de los separatistas, a quienes califica de terroristas, y rechaza negociar con ellos, igual que en su momento hizo el Kremlin con los independentistas chechenos.

Rusia, mediante nota de su cancillería, advirtió que no tolerará las incursiones del ejército ucranio en su territorio, a raíz de que ayer dos carros blindados se adentraron 150 metros en suelo ruso en plena persecución de un grupo de rebeldes.

Ucrania, por su parte, acusa a Rusia de violar la frontera con el envío frecuente de voluntarios y armas, lanzacohetes Igla entre éstas, y menciona que, hace dos días, tres tanques T-64 ingresaron a su territorio como refuerzo de los insurrectos, que ya se apresuraron a agradecer esa ayuda.