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Se necesita valor para decir sí al diálogo y no a la violencia: el Papa

Peres y Abbas oran en el Vaticano por la paz

Acude al encuentro el patriarca de la Iglesia ortodoxa Bartolomeo I

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El presidente israelí, Shimon Peres; el patriarca de Constantinopla, titular de la Iglesia ortodoxa, Bartolomeo I; el papa Francisco y el líder de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, ayer en un histórico encuentro en el Vaticano para orar por la paz, invitados por el jerarca de la Iglesia católicaFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Lunes 9 de junio de 2014, p. 23

Ciudad del Vaticano, 8 de junio.

El papa Francisco realizó hoy un gesto histórico al reunir aquí al presidente israelí, Shimon Peres, y al líder palestino Mahmoud Abbas, para una inédita plegaria por la pacificación de Medio Oriente, en la que el pontífice afirmó que “para conseguir la paz se necesita valor, mucho más que para hacer la guerra.

Se necesita valor para decir sí al encuentro y no al enfrentamiento; sí al diálogo y no a la violencia; sí a la negociación y no a la hostilidad; sí al respeto de los pactos y no a las provocaciones, puntualizó el Papa al término del primer encuentro interreligioso del Vaticano, al que fue invitado el patriarca de Constantinopla, titular de la Iglesia ortodoxa, Bartolomeo I.

El acto de invocación por la paz fue convocado por Francisco durante una gira que realizó el mes pasado por Medio Oriente para entrevistarse con los gobernantes de Israel, Palestina y Jordania.

Cada momento del encuentro fue estudiado minuciosamente para evitar que el acto fuera utilizado por alguna de las partes, en momentos en que las negociaciones de un año entre palestinos e israelíes están detenidas, luego de que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, decidió pararlas en rechazo a la formación de un gobierno palestino de unidad, en abril pasado.

La ceremonia, que duró una hora, se realizó en un jardín del Vaticano, libre de símbolos religiosos, y fue dividida en tres partes, en las que se ofreció una oración de agradecimiento a Dios por la creación, se pidió perdón por los pecados cometidos y por último se invocó la paz. Cada etapa fue precedida por música ejecutada en vivo por artistas de distintas partes del mundo para facilitar la reflexión de los participantes.

Para iniciar cada parte, rabinos judíos, cardenales cristianos e imanes musulmanes leyeron y cantaron extractos del Antiguo Testamento, del Nuevo Testamento y del Corán en italiano, inglés, hebreo y árabe.

Al terminar las oraciones, el pontífice se dirigió a Peres y Abbas para decirles: hemos escuchado un llamado y debemos responder. Es el llamado a romper la espiral de odio y violencia, y quebrarla con una palabra solamente: la palabra hermano.

Más adelante, el Papa argentino señaló que los hijos están cansados y agotados por los conflictos y piden derribar los muros de enemistad y tomar el camino del diálogo y la paz.

Reflexión por Medio Oriente

Abbas y Peres reflexionaron sobre la pacificación de su región, sumida en un conflicto que se remonta varias décadas atrás, pero recrudecido desde el año 2000 con la intifada palestina, palabra árabe que los habitantes de Gaza y Cisjordania utilizan para referirse al levantamiento contra el cerco militar sobre sus territorios.

Señor, concédenos una paz justa para todos, para mi país y para la región. Queremos la paz para nosotros y para nuestros vecinos, apuntó Abbas.

Peres, quien concluye su mandato como jefe de Estado en julio, consideró que la paz no se alcanza fácilmente. Tenemos que unir todas nuestras fuerzas para lograrlo. Y pronto. Aunque ello requiere sacrificios y compromisos.

Jorge Mario Bergoglio recibió en la residencia de Santa Marta a Peres y Abbas.

En la mañana, ante los miles de fieles que asistieron al ángelus en la plaza de San Pedro, el Papa agradeció a todos los que han rezado por el encuentro entre Peres y Abas.

La oración lo puede todo escribió el Papa la víspera en Twitter. En una entrevista publicada en el diario romano La Repubblica, el gobernante palestino dijo que la convocatoria de Francisco fue un acto valiente.

El encuentro público terminó con un gesto común de paz en el que los tres se dieron la mano y luego plantaron juntos un olivo, símbolo de la paz. Posteriormente, el Papa se reunió a puerta cerrada con los dos presidentes, sin que se dieran a conocer detalles de las conversaciones.