Para la Procuraduría General de la República (PGR) no existió engaño ni quebranto alguno en el caso Oceanografía, toda vez que Petróleos Mexicanos (Pemex) sólo pagaba los trabajos que efectivamente realizaba la empresa naviera, y Amado Yáñez aceptó que la empresa empezara el proceso mercantil de quiebra, para que algún inversionista la adquiera y pague sus deudas.

La dependencia informó que algunas operaciones de crédito efectuadas entre Banamex y Oceanografía, en 2013, se sustentaron en documentos que no se ajustaron a los protocolos mínimos de seguridad para el otorgamiento de crédito.

Los señalamientos de la PGR se dieron a conocer días después de haber consignado el expediente penal en contra del accionista principal de Oceanografía, Amado Yáñez Osuna, y que el juzgado 14 de distrito en materia penal le dictara auto de formal prisión por el delito de fraude.

La PGR informó en una misiva enviada a un programa radiofónico que el día 11 de marzo de 2014, la Secretaría de la Función Pública, a solicitud del órgano interno de Pemex, sancionó a la empresa Oceanografía por haberse encontrado irregularidades administrativas; ante ello, el Banco Nacional de México, al ser acreedor de dicha empresa, solicitó a Pemex la revisión y cotejo de la información que Oceanografía presentaba al banco y que acreditaban supuestas cuentas por cobrar en favor de Oceanografía.

La PGR recordó el aseguramiento de la empresa y la transferencia que hizo de ella al Servicio de Administración y Enajenación de Bienes, ya que supuestamente su actuación ha tenido como fin principal preservar las cerca de 11 mil fuentes de empleo, así como proteger la operación de la empresa para la prestación de los servicios que brinda a Pemex, lograr la reparación del daño a los acreedores y sancionar a los responsables de las conductas delictivas.