Migrantes salvadoreños, hondureños, guatemaltecos y nicaragüenses, acompañados por Alejandro Solalinde, expusieron en el Senado sus testimonios de dolor, angustia, sufrimiento y lo que calificaron como el terror que viven al cruzar México en camino a Estados Unidos.

Emerson Javier Arias, hondureño, compartió lo que le sucedió en el tren de Tenosique a Coatzacoalcos, donde, dijo, los maquinistas frenan el tren y permiten que suban pandilleros y maras para que roben y ataquen a los migrantes. “En La Bestia iba un niño de 12 años. Los pandilleros fueron sobre él, lo agarraron y le dispararon dos tiros en la cabeza.

No les bastó con matarlo. Lo aventaron y ellos se bajaron. Tendido en el piso, sin vida, lo decapitaron y luego lo partieron en dos. Le abrieron su estómago... ¿cómo es posible que esto esté pasando en México?, preguntó molesto a los senadores.

Fueron más de una docena de historias sobre violaciones, muertes, mutilaciones y heridos a bordo de La Bestia, entre ellas la del guatemalteco Alejandro González, sobreviviente de un ataque de los maras. “Vengo de Guatemala bastante sufrido al intentar cruzar por México hacia Estados Unidos. En nombre de los centroamericanos quiero pedirles por favor que nos brinden seguridad humana.

“Estoy huyendo de Migración, de la Policía Federal, se nos nota que somos migrantes, nos detienen y nos exigen dinero. Lo poco que traemos se nos acaba. Tenemos que viajar en el tren que es un riesgo bastante grande. Yo lo hice y camino a Oaxaca fui secuestrado por los maras. Me bajaron del tren y me hicieron mucho daño: 26 machetazos me dieron. Aquí ando por voluntad de Dios.

Nosotros no somos malos, somos personas que venimos en busca de un sueño. Sólo queremos tener lo necesario para que nuestras familias estén bien. Les pedimos que nos apoyen con seguridad humana. Yo tengo quien me ayude a ir a Estados Unidos, pero ya me quiero quedar en México, demostrarles que somos trabajadores y que no le hacemos daño a nadie.

Jefry Haver Madariaga, migrante hondureño, dio su testimonio: “Lo único que pido es seguridad. Yo venía en el tren de Tenosique a Coatzacoalcos, en un vagón en el que también venía una familia que tenía dos niñas. Eran como las dos de la mañana cuando nos salieron los Zetas. El tren se detuvo y ellos se subieron.

“ Los Zetas violaron a las dos niñas, primero a una, luego a la otra. El padre clamaba que eso que le estaban haciendo a sus hijas mejor se lo hicieran a él, que las dejaran en paz, que no les hicieran más daño. Como el padre reclamaba lo mataron.

“La madre lloraba y gritaba que dejaran de hacerle tantas cosas a sus hijas, que también lloraban y pedían auxilio. Los Zetas se enojaron y también la mataron. Cuando terminaron, asesinaron a las niñas. Aventaron a toda la familia al piso, ellos se bajaron y se las llevaron. Los desaparecieron. Quiero que se conozca esto. Que se sepa que la familia dijo que eran de Colón, no sé más. Sólo dijeron que eran de ahí”.

El hondureño manifestó que en el tren viajaba con un primo, pero que en la ruta Tuxtla-Arriaga los persiguieron los de Migración y por escapar lo atropellaron. Casi quedó muerto. Lo deportaron a él y quedó inválido. ¿Por qué nos hacen esto? No somos animales. No le hacemos daño a nadie.

Alejandro Solalinde denunció que al gobierno de Enrique Peña Nieto, el tema de los migrantes no le importa. No nos ha recibido y su política migratoria es policiaca.