Levántate Marcelo y anda
Política dorada
La salud de EPN
El sugerente MAO
arcelo Ebrard cree que ha llegado la hora de intentar levantarse políticamente desde las vías de la línea 12 del Metro, a donde lo arrojó un calculado empujón ‘‘amigo’’. Ese boceto de reactivación acontece a pesar de que aún no se han dado a conocer los dictámenes finales correspondientes al extraño episodio de los trenes y las vías incompatibles, entre otros rasgos anómalos de la línea a la que irónicamente se bautizó como ‘‘dorada’’ (¿habrá sido por el levantamiento casi olímpico de oro público?)
Pareciera que esos resolutivos politizados apuntan al establecimiento de una suerte de empate, con culpas técnicas compartidas por las dos administraciones, la de ME y la de Miguel Ángel Mancera, y con márgenes de libertad política bajo fianza para que el hoy desempleado pueda tratar de volver a encarrilar su carrera política tan accidentada. Así como Felipe Calderón nunca pudo ir judicialmente en contra de Vicente Fox, aunque había una mutua animadversión profunda (se hablaba de que el esposo de la señora Marta guardaba, como salvavidas, pruebas de comprometedores financiamientos, públicos y privados, de la campaña electoral que llevó a cabo el michoacano), el beneficiario Mancera no puede lanzarse verdaderamente a fondo contra el benefactor Ebrard ni su cargado ex secretario de Finanzas tan metido en el asunto, Mario Delgado, actual senador porque Marcelo no pudo hacerlo jefe de Gobierno, como era su intensa pretensión original.
En ese contexto dorado, Ebrard ha hecho saber que sigue dispuesto a apoyar la poco viable candidatura única de Cuauhtémoc Cárdenas para presidir el PRD pero, si tal postulación no cuajara, él sostendría su hasta ahora aparentemente sepultada pretensión personal de relevar a Jesús Zambrano. En esa marginal rebelión contra el cantado arribo del josealfredino Carlos Navarrete como un Chucho más a la conducción del sol azteca, destaca la participación de René Bejarano, practicante extremo del pragmatismo y afamado transmutador de regateos internos en cargos y cuotas.
La aritmética distintiva del PRD no da, sin embargo, para que esas corrientes minoritarias puedan arrebatarle el triunfo numérico a la chuchista Nueva Izquierda asociada con Alternativa Democrática Nacional, ésta dirigida por Héctor Bautista López (quien fue presidente municipal de Ciudad Nezahualcóyotl, diputado federal y senador, y actualmente diputado local plurinominal en el estado de México). Es tal el control del chuchismo en las estructuras determinantes de la vida interna del sol azteca, que tienen casi garantizado el triunfo en términos netamente electorales a partir de la alianza con el peculiar Bautista (perredista pionero en 2007, junto con otros dos diputados federales, en tener una reunión pública con el teóricamente repudiado Felipe Calderón). En ese contexto, la acusación efectista de que a Navarrete lo apoyan 13 gobernadores no perredistas (a Gustavo Madero le bastó con las tesorerías de tres estados gobernados por el PAN, sobre todo el del poblano volcado al futurismo con cargo al erario, Rafael Moreno Valle) podría ser cierta por inercia sustractora de ese bando de negro y amarillo, pero no es necesaria para que los aceitados mecanismos chuchos pasen por sí mismos encima de Ebrard y sus frágiles alianzas actuales.
Por ello es que el guanajuatense Navarrete se ha declarado absolutamente decidido a sostener su candidatura, según puntualizó en las horas recientes (‘‘inamovible’’ dijo que era su postulación), mientras a Ebrard se le van ensanchando las puertas en espera de su natural salida rumbo a Movimiento Ciudadano, donde le ofrecen un camino seguro a la Cámara de Diputados, con la coordinación de esa bancada, tal vez menos cuantiosa que la actual, y a la muy incierta búsqueda de una postulación frentista a la Presidencia de la República con Morena incluida, si Andrés Manuel López Obrador decidiera finalmente no presentarse a una tercera oportunidad al bat, por cálculo político o por razones de salud.
De salud habló el tabasqueño en un tuit que hizo respingar al vocero de Los Pinos. Así escribió el dirigente de Morena, quien hace meses sufrió un infarto: ‘‘Existe el rumor de que EPN está enfermo. Ni lo creo, ni lo deseo. Pero es una buena salida para su renuncia por su evidente incapacidad’’. No hay ninguna constancia pública de tal enfermedad, aunque ciertamente se ha insistido mucho en la especie de esos problemas físicos, sobre todo a partir de una operación quirúrgica para extirparle un nódulo tiroideo, a finales de julio del año pasado. Desde entonces se han difundido fotografías, algunas reales, otras modificadas, en las que el habitante de Los Pinos se ve demacrado y con apariencias de pérdida de peso. Otros que escrudiñan creen encontrar signos de decaimiento en el tono de voz. Pero, así como el tema de la presunta adicción alcohólica de Felipe Calderón sólo merecía boletines y declaraciones de rechazo airado, también el tema de la salud personal de quien hoy ejerce el máximo cargo público del país es constreñido a la retórica volátil, sin mayor sustentación científica comprobable. Por tanto, el vocero de Los Pinos, Eduardo Sánchez, sólo respondió al líder opositor que ‘‘afortunadamente EPN goza de cabal salud. Gracias por preguntar’’.
Mala salud ha de tener una república en la que el secretario federal de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, ha tenido que decir en público lo que debería operar eficazmente en privado a partir de que el PAN, sobre todo, está dificultando el proceso de aprobación de leyes reglamentarias correspondientes a reformas constitucionales del año pasado (telecomunicaciones y energéticos), pues exige que primero sesionen las legislaturas de las entidades federativas para cerrar el ciclo de la nueva normatividad en materia política y electoral. Muy respetuoso, muy cuidadoso, MAO anunció: ‘‘Que quede bien claro, yo voy a sugerirles. Voy a decirles la conveniencia y que pues también se pueden complicar las elecciones si no se hacen las adecuaciones, pero estoy seguro que los congresos saben lo que tienen que hacer’’. ¡Feliz fin de semana!
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