Bruselas, 5 de junio.

El Grupo de los Siete (G-7), el club de países industrializados que se reúne periódicamente para tomar decisiones sobre temas internacionales, pidió hoy al presidente de Rusia, Vladimir Putin, cooperar con el presidente electo de Ucrania, Petro Poroshenko, y llamó a la cúpula ucrania a continuar con las operaciones moderadas para el restablecimiento de la ley y el orden en las regiones separatistas del este, Donietsk y Lugansk.

El comunicado fue difundido al final de la reunión del G-7 (Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania, Francia, Italia, Canadá y Japón), primera que se celebra en 16 años sin invitar a Rusia, en represalia por la anexión de Crimea en marzo pasado y por el apoyo que, según los occidentales, brinda Moscú a los independentistas ucranios en su resistencia a la operación antiterrorista del ejército de Kiev en las provincias orientales.

La anexión ilegal de Crimea por Rusia y las acciones para desestabilizar el este de Ucrania son inaceptables y deben cesar, indicaron los gobernantes de los países miembros del G-7, que en abril se iban a reunir con Rusia en la ciudad rusa de Sochi. El encuentro del G-8 quedó cancelado a raíz de la crisis de Ucrania.

Tras la anexión de la península –decisión basada en un referendo cuestionado por los occidentales y en una votación del Parlamento ruso–, el encuentro se postergó hasta este miércoles y jueves, en la sede de la Unión Europea, sin Rusia.

El G-7 instó también a Putin a retirar la totalidad de sus tropas de la frontera con Ucrania, cesar el apoyo a los separatistas y alcanzar un acuerdo sobre el suministro de gas a la ex república soviética, para no utilizar el suministro energético con fines de coerción política o como amenaza a la seguridad.

Si no se cumplen las condiciones planteadas a Moscú, el G-7 declaró estar dispuesto a implementar sanciones que impongan un mayor costo a Rusia, si así lo demandan los acontecimientos.

A raíz de la anexión de Crimea –donde británicos y rusos libraron una guerra por el control del mar Negro de 1864 a 1867–, Washington y sus aliados europeos occidentales limitaron viajes de funcionarios rusos y les congelaron bienes en sus territorios.

Veremos qué hace Putin en las dos, tres o cuatro próximas semanas, afirmó Obama antes de la reunión del G-7, y dijo no tener dudas de que este viernes verá a su par ruso en la ceremonia para conmemorar el 70 aniversario del Día D, el desembarco de cientos de barcos de guerra en Normandía que puso punto final a la ocupación de Francia por la Alemania nazi.

Si tengo oportunidad de hablarle, le daré el mismo mensaje que mantuve desde el principio de la crisis, puntualizó Obama, en referencia a su rechazo a su intervención en la crisis ucrania.

Este jueves, el presidente de Francia, François Hollande, y el primer ministro de Gran Bretaña, David Cameron, se entrevistaron con el mandatario ruso.

Del encuentro entre el francés y el ruso sólo se difundieron las imágenes del momento en que se dieron la mano, pero respecto a la cita entre Putin y el británico se supo de fuentes cercanas a la cita que no se dieron la mando y que el ruso se mostró tenso y Cameron estuvo con gesto serio.

Desde Moscú, el primer ministro Dimitri Medvediev reaccionó con molestia al comunicado del G-7 y señaló que “los llamados siete hablan de ‘acciones moderadas’ del ejército ucranio sobre su propio pueblo; esto es de un cinismo que no se puede superar”.