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Ver día anteriorSábado 31 de mayo de 2014Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Infancia y Sociedad

ABC y Manuel Buendía

H

ay historias que debemos repasar, de vez en cuando, para que la impunidad no se imponga a la memoria y condene las vilezas al olvido. Es difícil conectar el asesinato del periodista Manuel Buendía con la tragedia de la guardería ABC. Pero ambos son crímenes marcados por la impunidad: son crímenes del poder.

A cinco años del incendio de la guardería ABC de Hermosillo, Sonora, ninguno de los responsables directos de la trágica muerte de 49 niños y de daños fatales de por vida para otros 75 menores han sido ni siquiera señalados oficialmente.

La falta de detectores de humo, extintores y salidas de emergencia impidieron que los menores fueran puestos a salvo del incendio que avanzó con horrorosa rapidez por los materiales inflamables con los que se construyó la bodega.

Si fue provocado o no el incendio de la bodega de archivos, que se generalizó al área donde los niños estaban embodegados, es un dato que no exime de responsabilidad a: Marcia M. Gómez del Campo, Sandra Lucía Téllez Nieves, Antonio Salido, Gildardo Urquidez Serrano y María Fernanda Camou, socios de la guardería. Porque fue su codicia la que los llevó a invertir lo menos en instalaciones, para obtener la máxima ganancia de los pagos que recibían del IMSS por cada niño. Corresponsables son también las autoridades del IMSS que con el sistema de subrogación de guarderías convirtieron en oportunidad de lucro el derecho de los niños a ser protegidos y el derecho de las madres trabajadoras a tal servicio. A cinco años de la tragedia, mientras los padres siguen sin alivio por el dolor que les ha causado la pérdida de sus niños y la conciencia de que esas muertes y ese sufrimiento pudieron evitarse, los responsables siguen siendo intocables por la justicia, gracias a la protección del grupo de Felipe Calderón.

Hace 30 años, el 30 de mayo de 1984, asesinaron a mi querido maestro, amigo y compadre don Manuel Buendía, uno de los periodistas más valientes que ha habido en México. Hoy se sabe que el autor intelectual del crimen fue el entonces director federal de Seguridad, José Antonio Zorrilla. Pero también hay suficientes elementos para comprender que no actuó solo, sino que muy probablemente fue la mente ejecutora de un crimen de Estado. De ello da cuenta el libro de don Miguel Ángel Granados Chapa: Buendía. El primer crimen de la narcopolítica en México, que narra y registra el entramado de ese crimen, que ahora podemos ver como primer acto de la peor crisis ética que ha sufrido México, a manos de un poder que todavía hoy es reinado de sangre y de impunidad.