Opinión
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Derechos de la niñez incumplidos
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ace 24 años, México ratificó la Con­vención sobre los Derechos de la Niñez promovida por la Organización de las Naciones Unidas. Y desde hace 14 está en vigor la Ley Federal para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes. También ratificó los protocolos sobre la participación de menores en conflictos armados, la prostitución infantil, la venta de niños y la utilización de éstos en la pornografía. Existen leyes para garantizar sus derechos en todas las entidades de la Federación. México está obligado a cumplir todo este andamiaje legal y a tomar las medidas necesarias para hacerlo realidad.

No menos importantes son las reformas constitucionales para reconocer que las niñas y los niños tienen el derecho a satisfacer ciertas necesidades básicas: alimentación, salud, educación y sano esparcimiento. Lamentablemente en la realidad no se cumplen. Los informes de organismos locales y de las Naciones Unidas señalan que existen altas tasas de pobreza, mortalidad, marginación y desnutrición. Además, deserción y poco rendimiento escolar, explotación laboral y sexual, y decenas de miles de menores en situación de calle.

Hace tres años, más de la mitad de la población menor de 18 años padecía pobreza multidimensional, expresada en falta de ingreso familiar, educación, salud, seguro social, vivienda, servicios básicos, alimentación adecuada. Los menores vivían en peores condiciones que la población adulta, donde dos de cada cinco eran pobres.

En respuesta a esa situación, abundan las declaraciones de funcionarios y políticos diciendo que el bienestar de la población infantil será una prioridad, pues no atenderlo debidamente tendrá efectos nocivos en toda la sociedad. En ese tenor, Ernesto Cordero, quien fue titular de la Secretaría de Hacienda durante el sexenio del becario de Harvard, como líder del Senado declaraba en julio pasado que desde esa instancia legislativa se protegen los derechos de la infancia y la adolescencia, plasmados en la Carta Magna y en los convenios internacionales suscritos por México. Presumió el acuerdo para lograr una legislación integral.

Pero las organizaciones que trabajan en favor de los derechos de la niñez expresaron la necesidad de revisar el andamiaje legal vigente, pues no funciona. Y que en la nueva ley propuesta en el Congreso de la Unión debían participar académicos, organizaciones de la sociedad civil y las internacionales que trabajan en dicho campo.

No faltó en el sexenio anterior la opinión de la presidenta del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), Margarita Zavala, quien afirmó que, además de la buena voluntad y el compromiso, el tema de la niñez debe acompañarse de inteligencia, base científica y profesionalismo. Lo dijo al inaugurar el Seminario Latinoamericano Políticas Públicas y Sistema de Protección para la Niñez en México. Señaló que es a través del tema de la infancia como se habla del desarrollo y progreso de los pueblos.

Pero de profesionalismo, base científica e inteligencia carecieron los sexenios panistas, que tanto publicitaron logros inéditos en seguridad social, combate a la pobreza y la marginación. La semana pasada el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) revelaron que en el país apenas uno de cada seis niñas, ni­ños y adolescentes vive en estado de bienestar. Los ca­sos más trágicos, en las comunidades indígenas. Más de la mitad de los 40 millones menores de 17 años se debaten en la pobreza. Y casi 5 millones, en pobreza extrema.

Creció los primeros 12 años de este siglo la economía mexicana, pero no sacó de su situación a la mayor parte de los menores, que no gozan de una buena alimentación. Y en cuanto a seguridad social, que la prometieron universal, más de 80 por ciento de los niños y adolescentes no disfrutan de ella, tres de cada cinco carecen de algunos servicios básicos en su hogar y dos de cada cinco no lo tienen de calidad. No debe sorprender entonces que registren altos índices de deserción escolar y que la mitad de los adolescentes no asiste a la escuela.

Pero no debemos preocuparnos, con la reforma energética desaparecerán todos estos problemas. La Fontaine en todo su esplendor.