Tecámac, Méx., 4 de mayo.

Raquel Mariscal Tovar, de 50 años de edad, se debate entre la vida y la muerte en el hospital general de zona 200 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Ella era una de las pasajeras del microbús de la ruta 27 que el 10 de enero pasado cayó de un puente de nueve metros de altura en Atizapán de Zaragoza.

No sé si mi esposa esté en condiciones de vivir, pero este caso debe ser una llamada de atención para las autoridades. Vivimos una pesadilla, dijo José Kuri Patjane, esposo de Raquel, quien junto con sus tres hijos y durante casi cuatro meses han dedicado las 24 horas del día a cuidarla.

La mujer estuvo internada en el hospital de traumatología del IMSS de Lomas Verdes entre el 10 de febrero y el 4 de abril, donde la atendieron de traumatismo craneoencefálico y perforación de pulmones y estómago; fue sometida a varias cirugías (en una le extrajeron en bazo) y perdió la visión del ojo derecho.

En marzo el personal médico intentó darla de alta, pero la familia se opuso. El 4 de abril, con una carta de recomendaciones médicas y sin medicamentos, finalmente, la subieron a una ambulancia y la llevaron a casa, pero empeoró: tuvo fiebre, vómitos y dolores que la hacían gritar, dijo José Kuri.

La familia intentó regresarla al hospital de traumatología, pero no la aceptaron. Buscaron atención médica en la clínica 57 de Cuautitlán Izcalli y en la 64 y la 72 de Tlalnepantla, donde estuvo temporalmente y la regresaron a casa. Finalmente, en una ambulancia de la Cruz Roja fue trasladada al hospital del IMSS en Tecámac.

Se le diagnosticó septicemia en el estómago. Fue sometida a una cirugía de urgencia, pero una vez operada el personal médico dijo que estaba bien del estómago, continuó.

Me dijeron que mi esposa iba a morir en una hora si no la operaban y que con la cirugía tenía 10 por ciento de probabilidades de sobrevivir; ahora me dicen que ese no es el problema. La estamos perdiendo y aquí la atención médica es pésima.

La mañana del sábado el estado de la paciente se agravó: tenía fiebre, vómito y flemas y comenzó a ahogarse, por lo que tuvo que ser sedada e intubada. Debe tramitar que su esposa sea sujeta de broncoaspiración, le dijeron al esposo.

Kuri comentó: El secretario del Transporte del estado, Ismael Ordóñez Mancilla, ha ignorado la situación que vivimos. Lamentó que los accidentes en el transporte público sean frecuentes y que no haya protección, pago de gastos médicos mayores e indemnizaciones y que tampoco se hagan efectivos los seguros de viajero.

Estos accidentes nunca se pagan, comentó alguna vez Ignacio Galván, presidente de la ruta 27, durante una reunión con familias de los accidentados. Y Carlos Flores, delegado de Transporte en Tlalnepantla, dijo ser amigo de infancia del líder transportista, comentó Kuri.