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Se incrementaron 7.3% respecto de 2012

En la CDHDF, más de 2 mil quejas de reos el año pasado
 
Periódico La Jornada
Lunes 5 de mayo de 2014, p. 30

En 2013, la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) recibió 2 mil 189 quejas de personas privadas de su libertad en diferentes reclusorios de la ciudad, lo que significa un aumento de 7.3 respecto de las quejas tramitadas en 2012.

El principal motivo de estos recursos presentados fue la falta de una adecuada protección a la integridad física o sicológica de las personas privadas de su libertad, con un total de mil 521 quejas.

De los quejosos, 77 por ciento son hombres, debido a que de los 11 centros de reclusión de la ciudad de México, sólo dos son para mujeres.

Con base en el informe anual 2013 de la CDHDF, el sistema penitenciario se encuentra desbordado por la sobrepoblación, el hacinamiento, las deficientes condiciones de gobernabilidad, la ausencia de mecanismos de protección a las personas recluidas y la inexistencia de condiciones mínimas que permitan una estancia digna.

El organismo afirmó que en el Distrito Federal la sobrepoblación en los centros penitenciarios se mantiene en un nivel alarmante, con 81 por ciento por arriba de su capacidad.

Por ejemplo, en el Reclusorio Norte se estima una población de casi 12 mil internos, cuando sólo tiene capacidad para poco más de 4 mil. El Reclusorio Oriente alberga más de 12 mil internos y su capacidad es apenas para un tercio de esta cantidad, de acuerdo con los datos de la CDHDF. Estos son los dos reclusorios más sobrepoblados.

Otro punto de atención para el organismo en las cárdeles de la ciudad de México es la tardanza en atender las inconformidades de los internos.

En ocasiones el retraso de la atención de sus peticiones tienen consecuencias fatales, como el desarrollo irreversible de padecimientos o la muerte de la persona por falta de la debida diligencia de las autoridades

La CDHDF ilustra esta deficiencia con el caso de un interno que fue herido en una mano por otro del mismo dormitorio. En el reclusorio sólo le dieron pastillas para el dolor, por lo que se presentó una infección, además de que el agresor lo seguía amenazando.

Al final la persona falleció esperando resolución judicial de la externación para poder morir en su domicilio con su familia, documenta el informe.