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Recibió el premio Xavier Villaurrutia por su libro De libertades fantasmas...

La literatura está hecha de juegos y de la capacidad de errar: José de la Colina
 
Periódico La Jornada
Viernes 2 de mayo de 2014, p. 6

No soy un escritor español, soy un escritor mexicano aunque haya sido embotellado de origen en España, dijo José de la Colina al recibir el Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

Al acto asistieron los escritores Bárbara Jacobs, Myriam Moscona y Vicente Leñero, quienes integraron el jurado que eligió por unanimidad el libro De libertades fantasmas o de la literatura como juego; también estuvo Felipe Garrido, presidente en turno de la Sociedad Alfonsina Internacional que convoca al galardón junto con el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.

El libro de De la Colina fue seleccionado de entre 130 títulos, destacó Cristina García Cepeda, directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes.

Alumno de la universidad del aire

“Soy un escritor mexicano porque aquí me formé como escritor, aquí existo como escritor, he sido antologado en varias antologías, menos en la de mi amigo Carlos Monsiváis, que se murió antes de que pudiera desquitarme y no me había incluido en ninguna antología, pero aquí me formé como parte de la universidad del aire, porque no tengo más que escuela primaria.

“Cuando escribes una novela estás jugando, se hace un juego pero que puede estar al borde del abismo, como en algunos autores.

La literatura puede admitir muchas vocaciones, muchas orientaciones y lo que cada vez me ha ido atrayendo más es la literatura como juego admitido, aunque sea un juego en el que de repente no meter gol pueda ser una tragedia o meterlo pueda ser un error increíble; la literatura está hecha también de los juegos y de la capacidad de errar y de estar en esa línea flotante de dejarse llevar por las palabras.

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José de la Colina, con su galardón, en el Palacio de Bellas ArtesFoto Roberto García Ortiz

Bárbara Jacobs, colaboradora de La Jornada y premio Villaurrutia 1987, habló de ese momento en el que se re-conocieron como escritores, no de cuando se vieron la primera vez, cuando se encontraron en un supermercado. Iban Augusto Monterroso y ella a buscar calcetines y camisetas de manga larga para él.

De la Colina los saludó desde la repisa de los calcetines. Entonces comenzó una conversación banal entre un par de sabios que se divertían frente a las repisas de camisetas para caballero y las de calcetines que se ofrecían de par en par. De la Colina sabía quién era yo, que acababa de publicar su libro Escrito en el tiempo y le dijo que le recordaba Maravilla del mundo, de fray Luis de Granada, que prometió – y cumplió– enviarle al día siguiente.

Ensayo de una vida

Myriam Moscona, quien obtuvo el galardón en 2012, dijo que De libertades fantasmas... “es el ensayo de una vida, la prueba y error de un largo y apasionante trayecto de lecturas, conversaciones y entretenido de párrafos largos llenos de asociaciones e ideas que se guiñan.

“Este conjunto de ensayos festivo y melancólico a un tiempo, pareciera decirnos en medio de su propuesta erudita: ‘no te la tomes tan en serio compadre’”.

Premio Villaurrutia en 2000, el escritor y periodista Vicente Leñero dijo: Conozco a De la Colina desde siempre. Desde que avanzamos juntos, aunque lejos uno del otro, hasta llegar a estos 80 años que nos transforman en ancianos obligados a observar el moridero de gente cercana, de amigos y enemigos, de compañeros de brega, cayendo uno tras otro como frutos gastados de una higuera en Cuernavaca, y el comentario cruel, ya hicieron lo que hicieron, ya les cayó el punto final.