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Dos nuevos santos
En Polonia, un día de fiesta por el reconocimiento a Juan Pablo II
 
Periódico La Jornada
Lunes 28 de abril de 2014, p. 3

Cracovia, Polonia, 27 de abril.

Nueve años después de la muerte del papa Juan Pablo II, decenas de miles de polacos alabaron a su querido paisano este domingo, cuando fue canonizado en una ceremonia sin precedentes en el Vaticano.

Las campanas doblaron por toda Polonia mientras las multitudes aplaudieron al unísono con quienes estaban en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, cuando el papa Francisco declaró santo al pontífice polaco.

Juan Pablo II sigue siendo una figura vital para muchos polacos por haber ayudado a poner fin al comunismo en Polonia, por su apoyo al sindicato Solidaridad, que logró pacíficamente esa meta en 1989, y por sus enseñanzas sobre los derechos humanos y la dignidad.

En toda Polonia, la transmisión desde el Vaticano fue seguida por una misa por la canonización de una figura que se considera uno de los polacos más importantes de la historia.

Este es un gran día para Polonia y un gran día para mí, dijo una emocionada María Jurek, de Katowice. Él cambió a Polonia y nos cambió con sus enseñanzas durante sus visitas.

Su amiga, Izabella Gorecka, dijo que se sintió eufórica y voló para subir las escaleras del santuario, a pesar del dolor en la cadera.

Jurek se despertó a las 4:30 de la mañana para unirse a una peregrinación organizada por su parroquia, con banderas amarillas y blancas, sillas plegables y alimentos, para ver la ceremonia en pantallas gigantes dispuestas en el nuevo santuario Juan Pablo II en Cracovia, donde se congregaron tantos peregrinos como en el vecino recinto de la Misericordia de Dios, en Cracovia.

El santuario de Juan Pablo II, que todavía no está terminado, comenzó a construirse en 2011, cuando el secretario personal del papa, el cardenal Stanislaw Dziwisz, colocó un frasco con sangre del pontífice en uno de los altares de mármol blanco. El otro santuario, más antiguo, fue bendecido por Juan Pablo II en 2002, y por tradición atrajo a más asistentes.

Karol Wojtyla pasó 40 años en Cracovia, primero como estudiante y después como obispo, antes de ser elegido Papa en 1978 y tomar el nombre de Juan Pablo II. Falleció el 2 de abril de 2005 y su pontificado fue uno de los más largos de la historia, durante el cual visitó Polonia muchas veces.

Unos 30 mil peregrinos de toda Polonia se reunieron en los dos centros. La cifra fue mucho menor que en actividades anteriores relacionadas con el Papa, una señal de que los recuerdos de su papado estaban diluyéndose, en momentos en que la nueva generación se centra menos en la religión. Para los creyentes polacos, Juan Pablo II siempre fue un santo, de manera que su canonización era obvia.

Sin embargo, después de la ceremonia, miembros de tres generaciones de la familia Balazinski, de Cracovia, se sentían emocionados y orgullosos.

Karol, un niño de ocho años que se llama así por el Papa, sólo dijo que estaba feliz. Su padre, Janusz, cree que el apoyo de un santo dará más fuerza común a sus oraciones.

Mucho más porque lo conocimos. Es uno de nosotros, dijo Balazinski.

Durante una misa en Cracovia en 2002, con sus seis hermanos y hermanas, Balazinski acompañó a sus padres, Grazyna y Jerzy, quienes llevaron al Papa ofrendas de pan y vino.

En el poblado natal de Karol Wojtyla, Wadowice, la multitud no cabía en la espaciosa basílica y se congregó en la Plaza Juan Pablo II. En todo el país hubo grandes concentraciones, como en la ermita de la Virgen Negra, Czestochowa, Varsovia, Gdansk y otras ciudades.

Miles más viajaron a Roma, algunos a pie, en bicicleta o a caballo. Líderes del gobierno polaco –el presidente Bronislaw Komorowski, el primer ministro Donald Tusk y los presidentes de las dos cámaras legislativas– asistieron a la ceremonia en el Vaticano.