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Se conoce a la Iglesia por sus santos, dice Observatorio Eclesial

Canonización de Juan Pablo II genera preocupación en ONG

Vivió alejado del Evangelio, expresa Católicas por el Derecho a Decidir

 
Periódico La Jornada
Domingo 27 de abril de 2014, p. 34

Unas horas antes de la canonización de Juan Pablo II y Juan XXIII, Católicas por el Derecho a Decidir (CDD) y el Observatorio Eclesial (OE) expresaron su pesar y preocupación por la elevación a los altares del papa polaco. Resaltaron que dicho pontífice calló ante las dictaduras militares latinoamericanas, negó la dignidad a las mujeres en la Iglesia, excomulgó a más de 500 teólogos, desoyó las denuncias de las víctimas de pederastia clerical y encubrió a clérigos abusadores, entre ellos al fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel.

Añadieron que durante su pontificado se intentó frenar iniciativas de organismos internacionales a favor de derechos de las mujeres, sobre todo sexuales y reproductivos.

CDD indicó que si la santidad distingue la vida de quienes han seguido de cerca los pasos de Jesús, expresa un modelo de Iglesia valioso y representa un ideal que se propone a la comunidad de fe y a la sociedad, entonces Juan Pablo II no debería ser proclamado santo porque simplemente vivió alejado del Evangelio de Jesús.

Por su parte, el OE señaló que Juan XXIII (el italiano Angelo Giuseppe Roncalli, desconocido para la mayoría, dados los muchos años transcurridos desde su papado) encabezó un modelo de Iglesia contrapuesto al de Karol Wojtyla e intentó adaptarlo a los nuevos tiempos. Por medio del Concilio Vaticano II quiso abrir las ventanas del catolicismo para que entrara aire fresco.

Resaltó que Roncalli, conocido como el Papa Bueno, fue un hombre sencillo, un pastor que no anhelaba ser reconocido ni venerado, en cambio sí veía al mundo y era consciente de que la Iglesia no respondía ni a los anhelos ni a los sueños ni a la realidad del mundo, que estaba totalmente alejada y mirando hacia dentro.

Retomando palabras del teólogo José María Castillo, el OE indicó que las canonizaciones dan a conocer las verdaderas intenciones y proyectos de la institución eclesiástica y sus dirigentes, a grado tal que donde mejor se conoce a la Iglesia que se quiere, es en el modelo de santos que se canoniza.

Por su parte, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) y la Arquidiócesis de México resaltaron en sus páginas electrónicas las virtudes de ambos pontífices.

La Arquidiócesis, que durante la madrugada de este domingo debió realizar la Gran noche de oración en la Catedral Metropolitana, durante la cual se trasmitiría en directo la ceremonia de canonización, resaltó que el espíritu del papado de Juan XXIII (de octubre de 1958 a junio de 1963) fue el aggiornamento (actualización), y en tal sentido convocó al Concilio Vaticano II, dejando en claro que su gestión era mucho más que un periodo de transición.

Eugenio Lira Rugarcía, secretario general de la CEM, indicó que Roncalli fue el pontífice de la misericordia, el diálogo y la paz, y añadió que aunque su pontificado duró menos de cinco años, fue muy intenso: visitaba a los fieles en las parroquias, las cárceles y los hospitales. Tenía más de 80 años y no dejaba de buscar la forma específica de ser, servir y amar. Sobre Juan Pablo II, refirió que en sus 26 años de pontificado hizo esfuerzos por lograr la unidad de los cristianos y promover la cooperación entre las religiones, defendió a los más necesitados y desplegó acciones en favor de la vida, la verdad, la justicia, la libertad, los derechos humanos y la paz.