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Carlos Fazio presenta En la frontera entre la vida y la muerte...

El fenómeno de el musulmán en campos de concentración sigue vigente: analistas
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Desde la izquierda, Mario Rojas, Cecilia Pieck y Carlos Fazio, ayer, en la presentación del libroFoto Yazmín Ortega Cortés
 
Periódico La Jornada
Domingo 27 de abril de 2014, p. 4

Para el investigador y académico Carlos Fazio, el musulmán (como llamaba la SS a los prisioneros que tenían aspecto sumamente demacrado y ya no podían realizar trabajos duros), fue un cadáver viviente, símbolo trágico de la Segunda Guerra Mundial, materia prima del producto final de una fábrica de muerte que funcionó sin fallas.

En la presentación del libro En la frontera entre la vida y la muerte: un estudio sobre el fenómeno del Musulmán en el campo de concetración, de los investigadores Zdzislaw Jan Ryn y Stanislaw Klodzinski, el colaborador de La Jornada coincidió con la observación final de los autores, quienes aseguran que en la fábrica de la muerte, el ser humano era sometido hasta convertirlo en musulmán, un ser que había perdido la voluntad.

En el Museo Casa de León Trotsky donde se realizó la presentacón, Fazio explicó que el musulmanismo, equiparado con la enfermedad del hambre, tenía que ver con la dominación del prisionero, porque perdía la voluntad de vivir.

Los musulmanes formaban la clase social más baja, la chatarra humana. Era tratada como deshecho, algo que se puede poner ahí y ahí se queda, o golpear sin que reaccione, abundó.

Después de referirse a la situación de los prisioneros en los campos de concentración de Auschwitz y de recordar cómo fueron sometidos millones de víctimas humanas de las cuales sólo quedaron cenizas, Fazio sostuvo que en la actualidad existe una suerte de humanidad masificada y superflua, carente de personalidad jurídica o política, pero también prescindible y exterminable.

Señaló que Guantánamo y Almoloya son campos de experimentación donde se realizan prácticas de humillación y deshumanizacón, realidad negada por la falta de interés de la sociedad internacional.

Publicado por Paradiso Editores, el libro recopila testimonios de ex prisioneros que fueron encuestados sobre el musulmanismo y los rasgos corporales y síquicos que debían mostrar para ser identificados como parte de dicho grupo.

Los recuerdos de los ex prisioneros, conservados en el archivo del museo de Auschwitz, constituyeron una fuente de información importante en la investigación del libro, que incluye un prólogo de Jean-Luc Nancy, cuya traducción del alemán al castellano fue realizada por Cecilia Pieck, con la revisión de Silvia Gunther.

En su intervención, Pieck explicó que el volumen es parte de una serie de cuadernos de Auschwitz que se publicaron entre 1961 1991, 30 en total, con la participación de más de 400 autores. Subrayó que el propósito de los editores del primer libro en Polonia era que los jóvenes conocieran el fenómeno y que el desprecio por el ser humano no debía repetirse.

Sin embargo, comentó que en la actualidad nos vemos confrontados a diario con casos que pueden ser contemplados como herencia de esta ética surgida del régimen nacionalsocialista. Este desprecio por el ser humano ha extendido su vigencia hasta la actualidad.

El filósofo y académico de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, Mario Rojas Hernández, se refirió a los testimonios de los entrevistados e hizo un planteamiento estrictamente filosófico en torno a la ética.

Asimismo, afirmó que no es posible que se generen situaciones de dominación, aniquilamiento, destrucción y sometimiento de seres humanos contra otros seres humanos, hasta convertirlos en cosas.