Opinión
Ver día anteriorDomingo 27 de abril de 2014Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Siete protagonistas de mis tiempos
D

ebo hacer referencia a los siglos XX y XXI, de lo contrario tendría que invocar a otros de tiempos atrás que también lo fueron.

Pienso en el Siglo de Oro de la cultura española y aparecen también Cervantes en la literatura y Velázquez en la pintura. Pero me conformo con menos, sin que sean menos sus protagonismos.

Con el grave riesgo del olvido citaré en la pintura a Diego Rivera y a Pablo Picasso; en la literatura, a Gabriel García Márquez y en la política, a Lázaro Cárdenas, John F. Kennedy y a Felipe González. E incluiría a un personaje del derecho también de valor universal: Mario de la Cueva.

De Diego Rivera recuerdo todo lo que he visto, que no es poco. Pero pienso sobre todo en los murales en Palacio Nacional, que son arte e historia. Con respecto a Picasso no me atrevo a señalar una pintura determinada. Sólo su increíble estilo que hizo escuela a partir de que una primera impresión hace pensar en que fue un pintor frustrado. Pero entre al Museo Reina Sofía, en Madrid, y plántese enfrente del mural prodigioso de Gernika: corre el riesgo de perder la respiración.

En la política, caben muchos nombres. Pero permítanme ser parcial, aunque la ideología no juegue mucho en ese capítulo. Menciono, en primer lugar, por supuesto al general Lázaro Cárdenas, a quien España y los españoles le debemos todo. Puede parecer extraño, pero en esa lista no puede faltar John F. Kennedy, y aquí, reconozco mi parcialidad personal, cuando ubico en esta lista a mi amigo Felipe González, presidente socialista inolvidable del Gobierno español.

A Diego Rivera lo vi alguna vez en un acto del exilio español. Creo que le saqué un donativo de 20 pesos, no recuerdo para qué. Mario de la Cueva es el autor consagrado del mejor derecho del trabajo y fue mi maestro en el doctorado y presidente de mi jurado. Soy, por supuesto, algo parcial, porque no puedo olvidar que en su intervención dijo al final que este examen ha sido una fiesta de la cultura, al mismo tiempo que en nombre del jurado me otorgaba mención honorífica.

De García Márquez qué puedo decir que no se haya dicho ya. Empecé por leer Cien años de soledad y después todo lo que he encontrado. Lo que lamento de verdad es no haber tenido la oportunidad de saludarlo personalmente y charlar con él.

Con Felipe González tuve amplias oportunidades de hablar y comer juntos en España, gracias a Margarita de la Villa y su esposo Manuel López Novo. Lo vi en México con frecuencia por mi pertenencia al PSOE. Me autorizó a darme de baja en el partido cuando adquirí la nacionalidad mexicana. Ciertamente con él en el poder a España le fue muy bien.

Quedan grandes lagunas sin la menor duda. Algo de injusticia, tal vez. Ese era mi riesgo.