Opinión
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De Nuestras Jornadas

Efímera

N

o deja de ser un espectáculo impresionante: miles de personas congregadas en un andador, a la espera de la señal; miles de miradas al acecho de la hora marcada; miles de jóvenes con un propósito y dispuestos a todo para cumplirlo. Comienza la cuenta regresiva.

De esos jóvenes que se congregan en el centro de Aguascalientes, muchos serán afectados de aprobarse las leyes secundarias en materia de telecomunicaciones; otros tantos forman parte del 6.31 por ciento de los desocupados o laboran en condiciones críticas, por no hablar de quienes viven en la informalidad; otros más estudian en universidades públicas que corren el riesgo de disminuir su oferta si no se les concede el presupuesto necesario para su operación; más sufren las consecuencias de la violencia intrafamiliar; a ninguno se le ofrecen los derechos que le permitirían desarrollarse en las mejores condiciones; los más gastan una buena cantidad de su sueldo en un transporte público ineficiente; otros lidian diariamente con un servicio de agua concesionado a una empresa que se declara incapaz de cumplir con su contrato; todos han querido ser deslumbrados con la promesa de que el progreso ha llegado al fin a la entidad y que esta ciudad donde se congregan les pertenece porque son gente buena… pero ninguno está protestando; lo único que exigen es que oficialmente comience la Feria Nacional de San Marcos, y si levantan la mano es con un vaso barato de cerveza que agitarán a la medianoche.

Del 19 de abril al 11 de mayo, nada, absolutamente nada ocurrirá que pueda empañar la celebración de esta fiesta, y si llegara a ocurrir, las autoridades disminuirán el hecho en el afán de dar cuenta de un saldo blanco de esta gigantesca feria de pueblo; además, no importa: todos se concentran en la celebración lo demás, puede esperar, estamos en receso y lo único que importa es la celebración.

Son días de festejo, no importa otra cosa. No se trata de ser pesimista, sólo de recordar que la fiesta es efímera y al furor le sigue la cruda.