Una carta

Estimados amigos de Ojarasca:

Veo con agrado que han tomado los poemas de Sixto Cabrera (lengua náhuatl) de mi columna de Periódico de Poesía para ilustrar una página de Ojarasca (número 203); en primer lugar gracias. En segundo lugar, y es por lo que les escribo, es por mi desconcierto y desacuerdo sobre el uso del término y concepto mixteco para definirme.

Los medios de comunicación cometen muchos errores al compartir información, quizá por inocencia o por falta de recursos, pero considero que tienen una responsabilidad.

Jamás me he considerado mixteco y mucho menos indígena, éstos son términos de la historia oficial. Yo soy hablante de una lengua milenaria, que tiene su origen en el Anáhuac, por ello desde hace más de dos décadas digo originario en lugar de indígena, es decir, soy descendiente de los originarios de estas tierras.

Los hablantes de la lengua nos autodenominamos ñuu savi, “País de la lluvia”, y los que conocemos la lengua, la defendemos y la enseñamos decimos que se llama tu’un savi, “Palabra de la lluvia”.

Quizá esto no tiene importancia para ustedes, pero México son muchos países y aquí, el indigenismo es lacerante.

Kalu Tatyisavi