Cultura
Ver día anteriorSábado 8 de marzo de 2014Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

A los 65 años, una afección multiorgánica terminó con la vida del escritor

Panero dejó su epitafio: El gran poeta maldito que fue tratado injustamente

El mundo es un manicomio, manifestó en 2011

El autor de culto fue reconocido con el Premio Estaño de Literatura 2003

Figura entre los renovadores de la poesía española

Foto
Leopoldo María Panero, quien falleció el miércoles a los 65 años de edad, es uno de los referentes de la poesía transgresora en España, que cultivó desde los años 70 del siglo pasado
 
Periódico La Jornada
Sábado 8 de marzo de 2014, p. 7

Madrid, 7 de marzo.

El mundo es un manicomio, dijo Leopoldo María Panero en 2011. Este manicomio se ha quedado sin su locura, tras la muerte del poeta transgresor y de culto la noche del pasado miércoles en un centro siquiátrico, a los 65 años de edad.

Mi epitafio será algo así como el gran poeta maldito que fue tratado injustamente.

Uno de los referentes de la poesía transgresora desde 1970, su obra se encuadró en el llamado grupo de los novísimos, que integraba a nueve autores que según la crítica renovaron la poesía española en la segunda mitad del siglo XX.

Amigo Leopoldo Panero, siempre has sido un extraordinario poeta, fiel y amigo de tus amigos. Allí donde estés que sepas que te echaremos de menos. Te queremos. Descansa en paz, escribió la editorial Huerga y Fierro, al informar que el poeta español murió a causa de un fallo multiorgánico en un hospital en islas Canarias.

Panero, nacido en el seno de una familia de poetas de Madrid, es considerado una figura importante de la poesía contemporánea española.

Su primer libro de poemas fue Por el camino de Swann, en 1968. En los años posteriores publicó dos de sus poemarios más conocidos Así se fundó Carnaby Street (1970) y Teoría (1973).

Pero su trayectoria literaria se vio truncada por problemas de esquizofrenia y otra índole que lo forzaron a vivir prácticamente recluido en centros siquiátricos desde finales de los años 70 del siglo pasado. A pesar de todo, Panero siguió escribiendo durante estos años.

El autor vivía en unidades siquiátricas de las islas Canarias desde hacía 20 años. De vez en cuando concedía entrevistas de televisión, en las que respondía de forma inconexa a las preguntas mientras fumaba un cigarro detrás de otro.

Leopoldo María Panero fue reconocido con el Premio Estaño de Literatura en 2003 por Antología poética, y antes se había hecho acreedor del premio de cuentos Gabriel Miró de 1984, por su libro Paradiso o le revenant, pero le fue retirado porque había sido publicado antes en la revista literaria La luna de Madrid, algo contrario a las bases del galardón, que es para obras inéditas.