Luego de que el equipo de campaña de Gustavo Madero, aspirante a relegirse en la dirigencia del PAN, dio a conocer que ha reunido 25 mil firmas de apoyo al chihuahuense y tienen la meta de llegar a 100 mil la próxima semana, el diputado Maximiliano Córtazar recordó que en 2012 Santiago Creel recabó 70 mil rúbricas, pero sólo obtuvo 30 mil votos en la contienda para elegir al candidato presidencial del blanquiazul.

Las firmas no son garantía de que se va a ganar, sino un requerimiento para inscribirse, agregó.

Se requieren 21 mil para solicitar registro como candidato en el proceso electoral interno.

Coordinador de campaña de Ernesto Cordero, aspirante a presidir el PAN, Córtazar manifestó que el equipo de Madero puede estar haciendo un esfuerzo para recoger más rúbricas de las estipuladas, pero estas no reflejan la intención del voto.

Además resaltó que las encuestas son muy claras. El chihuahuense está debajo de la fórmula Ernesto Cordero-Juan Manuel Oliva. Es claro que la militancia quiere un cambio y la elección no se definirá por el hecho de llevar más o menos firmas.

Consideró que los maderistas pretenden hacer creer que con más rúbricas van a ganar, pero eso sólo refleja su desesperación.

Maximiliano Córtazar informó que Cordero y Oliva aún no definen quiénes formarán parte de la planilla que registrarán ante la comisión organizadora del proceso electoral interno el próximo 13 de marzo. No obstante, estimó que a principios de la próxima semana tendrán una definición.

En tanto, en el equipo de Madero se da por hecho la inclusión en la planilla de Marco Adame, ex gobernador de Morelos y uno de los dirigentes de la ultraderecha, y de Santiago Creel, ex secretario de Gobernación. Hay posibilidades que también participe la ex senadora Blanca Judith Díaz. Ellos se sumarían a la fórmula integrada por el aspirante a relegirse en la dirigencia panista y el diputado Ricardo Anaya, quien competirá por la secretaria general panista.

Mientras, el senador Javier Corral señaló que ha dado su apoyo al chihuahuense y no a Ernesto Cordero, pues aunque tiene cualidades personales y profesionales, eso no triunfa en él. Lo domina la dinámica de grupo. Ha estado en la lógica del calderonismo y todo lo ve desde esa óptica. Un regreso de Felipe Calderón al partido, además de que nos colocaría en situación vulnerable frente al gobierno de Enrique Peña, reinstalaría la discordia y tendríamos más salidas y expulsiones, porque la aniquilación del enemigo interno es parte de sus instintos.