Madrid, 3 de marzo.

Miles de personas recorrieron las calles de Bilbao para lanzar un mismo grito de indignación: Fondo Monetario Internacional, ladrones, fuera de aquí, en alusión a la celebración del Foro Económico Mundial que acogió la ciudad vasca. Al encuentro acudieron autoridades del organismo internacional y de instituciones financieras y públicas europeas, con el mensaje de que habrá que hacer más reformas y acometer más recortes para superar la parálisis de la economía y la crisis que ha provocado el mayor desastre social y humano desde la Guerra Civil española.

Las reformas impuestas por el gobierno del conservador Mariano Rajoy, que adoptó todas las recomendaciones de las instituciones financieras y organismos internacionales para recuperar la credibilidad de los mercados, han provocado el mayor desastre social y humano en décadas, con casi 6 millones de desempleados, lo que supone 26.7 por ciento de la población activa; jóvenes sin perspectivas laborales, con 56 por ciento sin trabajo, mientras se han llevado a cabo severísimos recortes en el Estado del bienestar, sobre todo en materia de salud, educación y políticas sociales.

La indignación de parte de la población española se expresó en las calles de Bilbao, con motivo del primer foro del FMI desde que se produjo el rescate financiero de España y se sometió al país a una serie de medidas draconianas, que afectan sobre todo a las rentas más bajas. Con el lema FMI, ladrones, fuera de aquí, miles de personas marcharon por el centro de Bilbao, convocados por organizaciones sociales y algunos sindicatos.

Después de que la manifestación recorriera sin incidentes el centro de Bilbao, grupos de personas encapuchadas quemaron cajeros automáticos, incendiaron botes de basura y atacaron con piedras y cócteles molotov la sede de la subdelegación del gobierno español.

Más recortes, exige el Fondo

En el inmueble donde se celebró el foro económico, la directora del FMI, Christine Lagarde, reclamó a España profundizar en las reformas, lo que se traducirá en una nueva ampliación de la severa reforma laboral y, previsiblemente, más recortes y más restricciones en el gasto público. Gracias a las extraordinarias acciones de los últimos cinco años, Europa y España están doblando la esquina. Pero la tarea dista mucho de haber terminado. El crecimiento sigue siendo demasiado bajo y el desempleo demasiado alto para cantar victoria frente a la crisis, afirmó Lagarde.