Opinión
Ver día anteriorJueves 20 de febrero de 2014Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Fisco: ¿buenas noticias?

Aristóteles: sumas y restas

Obama-Harper: copeteados

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a felicidad invade al gobierno federal cuando divulga lo que él califica de buenas noticias. El problema es que los ciudadanos de a pie de plano no alcanzan a descifrar el motivo de tal alegría y, sobre todo, de lo que allá entienden por buenas noticias. Ejemplos sobran, pero uno de los más recientes ayuda a saber de qué se trata.

Con bombo y platillo el titular del Servicio de Administración Tributaria (SAT), Aristóteles Núñez Sánchez, divulgó que la publicación de las listas de contribuyentes incumplidos permitió una captación, adicional al pago de multas, por 257 millones de pesos en los dos primeros meses del año. Ese organismo inició la publicación de nombres y registro federal de contribuyentes de los causantes con algún tipo de adeudo fiscal y en dos meses logró aumentar la recaudación de las contribuciones adeudadas (La Jornada, Víctor Cardoso).

Lo mejor del caso es que la publicación de tales listas no era recaudatoria, sino hacer públicos los nombres y el respectivo registro federal de causante de quienes pudieran representar un riesgo o una contingencia fiscal para otros contribuyentes de buena fe, que tienen tratos comerciales con los contribuyentes publicados.

Qué bueno, porque 257 millones es una buena cantidad que servirá para que algunos funcionarios, legisladores y los convidados del régimen gocen de excelentes viandas, más una que otra botella de Petrus, pero aun así todavía no se entiende por qué están felices. Parece que en las áreas gubernamentales echó raíces la aritmética de Vicente Fox y Felipe Calderón, es decir, aquella que siempre suma, pero nunca resta.

Lo anterior, porque una semana atrás el propio SAT reconoció que grandes empresas y corporativos adeudan cerca de 450 mil millones de pesos al fisco por concepto de impuestos no pagados durante 2013, los cuales representan 86 por ciento de la cartera de créditos fiscales determinados por el Servicio de Administración Tributaria. Los adeudos de impuestos catalogados como créditos fiscales sumaron 516 mil 504.1 millones de pesos, de los cuales 422 mil 742.3 millones los deben los contribuyentes denominados personas morales, más otros 25 mil 811.3 millones provenientes de personas físicas con actividad empresarial (La Jornada, Víctor Cardoso).

Por si fuera poco, ese mismo año se condonaron créditos fiscales por 26 mil 548.1 millones de pesos, equivalentes a 5.1 por ciento del total de créditos fiscales registrados al cierre del ejercicio. El monto de los recursos catalogados como créditos fiscales equivale a 3.9 por ciento del producto interno bruto calculado por Hacienda para este año, que fue presentado en su marco macroeconómico utilizado para elaborar el paquete económico 2014.

Datos de la Secretaría de Hacienda revelan que los grandes contribuyentes, que cuentan con capacidad económica para financiar litigios en contra de la autoridad fiscal, el año pasado pelearon en tribunales 314 mil 755.6 millones de pesos, que representan casi 61 por ciento del total de la cartera de créditos fiscales registrados por la autoridad hacendaria. De hecho, en 2013 el SAT tuvo que atender en tribunales 47 mil 755 juicios derivados de querellas por los créditos fiscales impugnados por los contribuyentes.

Entonces, la feliz autoridad tributaria divulga como buena noticia las migajas, esto es, que en lo que va de 2014 captó 257 millones de pesos adicionales por la publicación de las listas de contribuyentes incumplidos. Pero resulta que a esa misma autoridad se le olvidó descontar los 450 mil millones que los grandes corporativos adeudan al erario, de tal suerte que si se resta la primera cantidad citada, la buena noticia se torna pésima, pues el agujero fiscal sería de 449 mil 743 millones de bilimbiques. Esas son las dos caras de la misma moneda, pero en el gobierno federal sólo registran una de ellas.

Eso sí, ni una palabra sobre cuándo, cuánto y de qué forma recuperaría el erario aquellos 450 mil millones de pesos en impuestos pendientes de pago por parte de las grandes empresas y corporativos. Cierto es que la solución a este tipo de entuertos suele ser la condonación, el borrón y cuenta nueva, porque se trata de los pesos más pesados del país, que cuentan no sólo con un ejército de abogados para enfrentar al SAT en tribunales, sino con las relaciones políticas convenientes para que por medio de un mágico decreto les cancelen tales adeudos, en espera de acumular muchos más para que se los vuelvan a cancelar.

Y esa es la historia real, la que lesiona severamente a las finanzas nacionales, que ni de lejos conlleva buenas noticias. Se trata de años y años de condonación de miles y miles de millones de pesos en impuestos y/o créditos fiscales a los barones autóctonos, algo que es terrorífico, pero la autoridad fiscal es feliz porque captó 257 millones de pesos adicionales en dos meses. Lamentablemente, esta felicidad campea en el gobierno federal, cuando los únicos y verdaderamente felices son los beneficiarios de tales cancelaciones.

¿Sirve de algo una reforma fiscal para que paguen más los que ganan más, cuando a la hora de la hora la solícita práctica gubernamental para aquellos corporativos de mayores ingresos es la del veloz decreto que les cancela voluminosos adeudos anteriores? Además, cuidan su imagen, porque ésta es la única lista de contribuyentes incumplidos que la autoridad fiscal se niega a divulgar.

Las rebanadas del pastel

Otra buena noticia es que el presidente Obama (Osama para algunos publicistas gubernamentales) y el primer ministro Harper se reunieron con el inquilino de Los Pinos en la denominada Cumbre de Líderes de América del Norte que se celebra en la capital mexiquense. El estadunidense y el canadiense exigieron, entre tantas otras cosas, seguridad energética, más garantías y mayor impunidad para sus corporativos mineros, y el mexicano les concedió todo (copeteado, diría Fox). Peña Nieto presentó su pliego petitorio y el par de visitantes simplemente lo mandaron a paseo (la reforma migratoria en el vecino del norte y la eliminación del visado canadiense a los mexicanos ni siquiera fueron incorporados a la agenda supuestamente trilateral), pero llegaron a Toluca y, como dice el inquilino de Los Pinos, Canadá, Estados Unidos y México comparten fortalezas. Y eso es una buena noticia, porque lo realmente importante para México, como la reforma migratoria y los derechos de la paisanada, puede mantenerse en lista de espera.

Twitter: @cafevega