Bastaron 20 segundos de tener la copa FIFA entre sus manos para que el presidente Enrique Peña Nieto –único mexicano autorizado a tocarla durante su recorrido por 89 países del orbe– expresara su deseo de que el trofeo regrese a México en poder de la selección nacional de futbol.

Dijo que siempre se ha tenido confianza en la selección nacional, pero hoy más que nunca, cuando México está en un proceso de transformación, donde los mexicanos hemos renovado la confianza en nosotros mismos, hay que creer que somos capaces de estar entre los mejores del mundo, de ser un país con gran potencial, con gran capacidad, en el ámbito deportivo y en otros ámbitos.

En el acto celebrado en el salón Adolfo López Mateos de la residencia oficial de Los Pinos, donde recibió la copa FIFA, que en días pasados recorrió varias ciudades del país, el mandatario recordó el muy complicado proceso que tuvo el equipo nacional para clasificar al Mundial.

Aseguró que la selección va por buen rumbo bajo la dirección del técnico Miguel Herrera, de quien dijo admirar su talento, su capacidad, pero sobre todo su actitud, que nos sorprendió en la lucha para conquistar el boleto en la repesca ante Nueva Zelanda, en noviembre pasado.

Pero ahora, destacó, el Tricolor ya forma parte del selecto grupo de selecciones que asistirán al Mundial. ¡Ya estamos ahí, entre los 32 países!, celebró.

Confíen en que se puede triunfar

Al embajador de Brasil, Marco Raposo, el presidente le expresó su deseo de que la organización de la justa sea un éxito. Pero también deseamos que a nuestra selección le vaya tan bien como a Brasil le fue en 1970 aquí, en México, dijo, en referencia al título ganado por la verdeamarela.

Y lo más importante es que tengamos confianza en que eso puede ocurrir, resaltó Peña Nieto, quien compartió el estrado con el secretario de Educación Pública, Emilio Chuayffet; el Jefe de Gobierno del DF, Miguel Ángel Mancera; el titular de la Conade, Jesús Mena, así como el titular de la Federación Mexicana de Futbol, Justino Compeán.

El presidente de la República, Enrique Peña Nieto, aseguró ayer que México tiene una gran confianza en su selección nacional de futbol, ahora más que nunca, cuando en México estamos en un proceso de transformación, de renovar nuestra confianza en nosotros mismos, de creer que somos capaces de estar entre los mejores del mundo, de ser un país con gran potencial, con gran capacidad en el ámbito deportivo y en otros ámbitosFoto Presidencia

También estuvieron representantes de la FIFA y de la empresa patrocinadora de la gira internacional del trofeo. Entre los invitados especiales destacó el ex futbolista Hugo Sánchez, a quien Peña no sólo citó en su discurso, sino de quien se despidió personalmente al término del acto. El Pentapichichi fue el personaje más acosado por decenas de asistentes que buscaron quedarse con la foto del recuerdo.

El acto transcurría con normalidad, con las acostumbradas medidas de seguridad en la casa presidencial. Y tras la salida del mandatario del salón se informó que la copa permanecería unos minutos más para que los jugadores e invitados especiales se tomaran una fotografía.

Fue cuando los asistentes, invitados e incluso algunos reporteros intentaron formarse, pero el tumulto y el desorden obligaron a las autoridades y elementos del Estado Mayor Presidencial a retirar la copa FIFA, lo que ocasionó el desencanto y la molestia de quienes ya no pudieron fotografiarse al lado del trofeo.

Además, otro grupo de reporteros, camarógrafos y fotógrafos luchaba contra las vallas de seguridad para acercarse a Hugo Sánchez y poder entrevistarlo. Por momentos, ya sin el presidente Peña en escena, el acto se tornó en un caos.

La gira de la copa FIFA, que comenzó el pasado 12 de septiembre en Río de Janeiro y que tiene el objetivo de acercar el cetro de oro macizo de 18 kilates a los aficionados de todo el mundo, llegó a México hace cuatro días. Es el país número 69 de los 89. La siguiente escala será Canadá.

Una de las indicaciones es que el trofeo sólo puede ser tocado por el presidente del país que es visitado. Al final, Peña Nieto recibió una réplica de la copa.