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Ornament is not a crime se presentará el viernes en el Museo Tamayo Arte Contemporáneo

Registra libro los vínculos que Jan Hendrix crea entre arte, arquitectura y público

Las 12 piezas que se incluyen en el volumen son objetos de uso: Es un reto que se integren a la sociedad, que tengan una extraña utilidad, señala el artista

Publica la editorial Arquine

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Hendrix incorpora en su trabajo el tema de la utilidad del diseño y de los materialesFoto cortesía de los editores
 
Periódico La Jornada
Lunes 3 de febrero de 2014, p. a10

Para el artista plástico Jan Hendrix (Maasbree, Holanda, 1949) transformar la manera como se experimenta un espacio público y la relación que se tiene con el espectador ha sido fundamental en sus intervenciones escultóricas en edificios, zócalos, librerías, bibliotecas, museos, universidades y hasta en albercas, realizadas en colaboración con arquitectos como Teodoro González de León, Ricardo Legorreta, Enrique Norten y Bernardo Gómez Pimienta, entre otros.

Las 12 piezas de Hendrix relacionadas con proyectos arquitectónicos y urbanísticos, las cuales muestran su tránsito de lo bidimensional a lo tridimensional y revelan una nueva forma de interacción con el arte, fueron reunidas en el libro Ornament is not a crime, editado por Arquine, que se presentará el 7 de febrero en el Museo Tamayo Arte Contemporáneo de la Ciudad de México.

Amistades en la creación

En entrevista, el artista recuerda que su primer proyecto de intervención escultórica surgió de su amistad con los arquitectos Enrique Norten y Bernardo Gómez. Se trata de un mural en bronce para el vestíbulo, murales en papel para los pasillos de cada piso y uno más de porcelana para la alberca en el hotel Habita.

Mi base ha sido la gráfica y por lo mismo el dibujo como punto de partida. Sólo ha cambiado la escala de acuerdo al espacio de la arquitectura. Es una especie de dibujo que quiere envolverse en el espacio y se incorpora a la arquitectura propia, pero no como pieza pegada a una pared, sino como la pared misma, como un diálogo con el espacio tridimensional que crea el arquitecto, explica el artista, quien ha generado una vinculación entre arte, arquitectura y público.

El antecedente de la relación íntima entre arquitectura y arte es el muralismo mexicano, y Hendrix retoma esta propuesta de manera diferente al incorporar en su trabajo el tema de la utilidad del diseño y de los materiales.

La representación de la naturaleza o paisajes está presente en toda la obra del escultor, pero es un paisaje en su contexto, en su sentido más amplio, que va desde la representación del mismo hasta el estudio de la botánica o de la geografía, la topografía o cartografía. Es una investigación mucho más a fondo que la mera representación del paisaje.

Hendrix prefiere trabajar con el cristal, con metales y pintura cerámicas, para propiciar esa interacción entre espacio y peatón, como ocurrió con su pieza Refugio/Kiosko, cilindro en aluminio recortado y horneado con pintura cerámica blanca que la gente se adueñó, porque se retrata en ella. Se convirtió en un lugar de encuentro.

Las obras del artista son descripciones narrativas de algo que sucede en el paisaje y a la vez también son traducciones artificiales y abstractas de la misma, pero siempre relacionadas con el entorno. Utiliza el espacio para enriquecer la experiencia del público con el arte.

No es el objeto de arte que está colgado en un museo, es un objeto de uso y eso me gusta mucho. Es un reto que la obra se integre a la sociedad y es un placer ver que puede funcionar de manera completamente distinta y tener una extraña utilidad, comenta el artista radicado en México desde 1975, cuyo trabajo hace del espacio público un lugar de ensoñación.

El libro Ornament is not a crime, que compila el trabajo del artista de los 10 años recientes, incluye ensayos de Teodoro González de León, José Luis Barrios y Alejandro Hernández Gálvez, quienes el 7 de febrero a las 19:30 horas presentarán el volumen en edición español-inglés en el Museo Tamayo (Paseo de la Reforma 51, colonia Bosque de Chapultepec).