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Es el proceso más ruidoso, pero no el más conflictivo, dice

Descarta Pérez Franco fractura en el PAN tras elección interna
 
Periódico La Jornada
Domingo 2 de febrero de 2014, p. 6

El proceso de renovación de la dirigencia nacional del PAN puede ser el más ruidoso en la historia de este partido, pero no es el más conflictivo, pues no se espera que culmine con una fragmentación o que ponga en riesgo la continuidad del instituto, señaló Aminadab Pérez Franco, director de la Fundación Miguel Estrada Iturbide.

Conocedor de la historia del PAN, resaltó que las elecciones internas siempre han sido competidas. Una relección conflictiva fue la de Luis H. Álvarez en 1990, cuando los principales integrantes del Foro Democrático, que después abandonarían el partido, se agruparon en torno a la candidatura de Gabriel Jiménez Remus.

En esa ocasión se denunció el interés del gobierno de Carlos Salinas por mantener a Álvarez en la dirección del blanquiazul, con el propósito de seguir teniendo apoyo para sus reformas legislativas, e incluso se pidió al chihuahuense que se separara del cargo para mantener la equidad en la contienda. Los panistas debatían, además, si habían actuado bien al avalar la reforma política de 1989 y la creación del Instituto Federal Electoral.

Otro proceso de renovación conflictivo, agregó, fue cuando se eligió a Carlos Castillo Peraza, quien estaba en contra de los grupos en el PAN y buscaba afianzar la doctrina institucional, mientras que sus contendientes –Rodolfo Elizondo y Alfredo Ling– apoyados por la militancia del norte del país, exigían eficiencia y triunfos electorales.

Pérez Franco destacó que en la contienda actual no hay de fondo una disputa ideológica o programática, sino una lucha por el mando. No hay un escenario de guerra fratricida, de manera que no se puede catalogar como la más conflictiva en la historia del partido, pero sí como la más ruidosa, pues van a seguir saliendo descalificaciones y acusaciones de corrupción y corporativismo.

El director de la Fundación Miguel Estrada afirmó que en el PAN aún no se ha resuelto el tema de quién fue culpable de la derrota electoral de 2012, cuando el blanquiazul perdió la Presidencia de la República. Unos dicen que fue el dirigente Gustavo Madero; otros, que el ex presidente Felipe Calderón, y unos más que la ex candidata Josefina Vázquez Mota.

No ha habido ajuste de cuentas acerca de este asunto, de manera que la elección del próximo jefe nacional puede convertirse en un referendo sobre lo que cada uno de estos actores hizo en la campaña de hace dos años, señaló en entrevista con La Jornada.

Otro elemento que repercutirá en los comicios es el hecho de que muchos panistas están molestos porque Madero pactó con el gobierno de Enrique Peña Nieto, mientras que algunos militantes le reconocen al chihuahuense haber logrado que el partido no se desbaratara tras el derrota de 2012.

Además, expuso que no es un hecho que Madero logre la relección, debido a que la militancia vota libremente, por mucho que pasen listas y haya grupos corporativos. Una muestra de ello es que Felipe Calderón le ganó la candidatura presidencial a Santiago Creel, a quien se le veía como candidato del entonces presidente Vicente Fox.