Martín Esparza Flores, secretario general del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), señaló que las reformas estructurales, en especial la energética, no traerán ninguno de los beneficios que promete el gobierno federal, ante lo cual la desobediencia civil pacífica es una opción válida.

Debido a que las tarifas de luz no bajarán y, por el contrario, suben, una medida de resistencia civil pacífica es no pagar los recibos, como lo han hecho usuarios desde que el gobierno calderonista extinguió Luz y Fuerza del Centro (LFC), apuntó.

Insistió en que ya es momento de actuar contra esas modificaciones legales y en defensa de los servicios públicos, que están en la mira de los neoliberales, por lo cual es importante la formación de la nueva central de trabajadores que promueven el SME y la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, entre otros gremios.

Apuntó que pese a las recientes reformas neoliberales, los trabajadores no nos vamos a rendir, vamos a continuar en nuestra lucha hasta recuperar todo lo que nos han arrebatado.

Añadió que la administración federal pregona que con la reforma energética va a bajar el recibo de la luz, pero lo mismo dijeron cuando de manera autoritaria y fascista tomaron las instalaciones de LFC hace más de cuatro años, con lo que dejaron sin trabajo a 44 mil electricistas.

Ante integrantes de las organizaciones que forman la Junta Promotora para la Construcción de una Nueva Central de Trabajadores, cuyo congreso constitutivo se realizará a finales de este mes, Esparza Flores sostuvo que la política capitalista produce las crisis financieras y económicas y luego quiere que caiga en las espaldas de los trabajadores el peso de cubrir esas debacles. Quieren exprimir hasta la última gota nuestra fuerza de trabajo, deploró.