Gustavo Madero, dirigente del Partido Acción Nacional (PAN), demandó al presidente Enrique Peña Nieto honrar su palabra y el espíritu de las reformas constitucionales en las futuras leyes secundarias, luego de advertir sobre el riesgo de que en esta nueva etapa del proceso legislativo vuelvan a presentarse resistencias de los agentes económicos y políticos afectados por los cambios.

En un escenario de aprobaciones bajo la fórmula de mayorías simples, es deber cuidar y honrar lo pactado y escrito en la Constitución, insistió el panista.

Las leyes secundarias deben ensanchar la idea del Estado democrático y no regresar siquiera una coma a los intereses que se han opuesto o a quienes quieren reducir su capacidad regulatoria, puntualizó durante la promulgación de la reforma político-electoral, que se realizó en el Castillo de Chapultepec, y no en Palacio Nacional, como estaba programado, debido a las manifestaciones que tuvieron lugar en el centro de la ciudad.

En ese escenario, el dirigente del PRI, César Camacho Quiroz, aseguró que la reforma político-electoral atiende una necesidad de todos: la estabilidad requerida para provocar confianza, confianza que significa certidumbre, certidumbre que facilite las inversiones y por ende el desarrollo que genere igualdad y más justicia.

Ante consejeros del Instituto Federal Electoral (IFE), magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación e integrantes de partidos, consideró que los cambios legislativos promulgados reformarán la política, porque otorgan poder al ciudadano sin detrimento de las capacidades de las instituciones, trasladan facultades del gobierno a otros elementos del Estado e imprimen mayor calidad a la democracia.

Recordó que el Instituto Nacional de Elecciones (INE) nombrará a los consejeros locales, mientras el Senado hará lo propio con los magistrados electorales estatales, lo que eliminará cualquier suspicacia sobre los comicios y sus resultados.

Niega que enmiendas electorales fueran moneda de cambio

A su vez, Madero sostuvo que nunca las reformas habían avanzado tanto, y como en ninguna época de México un presidente de la República ha logrado contar con tanta disposición y colaboración de la oposición como Enrique Peña Nieto.

Esa disposición y esa colaboración obliga a Peña a honrar su palabra y el espíritu de las reformas constitucionales en las leyes secundarias por venir, subrayó.

Destacó que muchos dolosamente han criticado que la reforma política era una moneda de cambio frente a la energética, que era un quid pro quo.

Pero eso es falso: el PAN propuso y apoyó ambas reformas por nuestro auténtico convencimiento de que ambas son indispensables para nuestro país.

Complacido con la reforma política, expuso que ésta no consiste en desaparecer el IFE, sino, por el contrario, es un verdadero reconocimiento a su desarrollo, porque el instituto será el corazón del nuevo INE.