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El presidente Yanukovich rechaza convocar a elecciones anticipadas

Derogan leyes restrictivas en Ucrania y renuncia el premier

El Parlamento aún debate la amnistía para los detenidos

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Un manifestante entona canciones frente a policías antimotines en Kiev, en el mismo sitio donde hasta hace unos días hubo enfrentamientos que dejaron cientos de heridos entre activistas y oficialesFoto Reuters
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 29 de enero de 2014, p. 28

Moscú, 28 de enero.

En lo que se consideran dos decisiones importantes para facilitar un arreglo político de la crisis que paraliza Ucrania desde finales de noviembre anterior, el presidente Viktor Yanukovich sacrificó el gobierno en pleno de su aliado Nikolai Azarov y la Rada, el Parlamento unicamaral de ese país eslavo, derogó las leyes represivas que –aprobadas por los oficialistas sin debates y a mano alzada el pasado 16 de enero– levantaron con renovada fuerza la ola de protestas, convirtiendo las manifestaciones pacíficas en batallas campales.

No hizo falta someter a Azarov a la humillación de salir por la puerta trasera con una moción de censura. Poco antes de que comenzara la sesión extraordinaria de la Rada, el primer ministro presentó su dimisión, aceptada por Yanukovich.

Con el fin de crear condiciones para alcanzar una solución pacífica del conflicto, presenté al presidente de Ucrania mi renuncia como primer ministro de Ucrania, anunció Azarov en una carta difundida por su servicio de prensa y explicó sus motivos:

“(…) la tensión y el riesgo del conflicto para nuestros ciudadanos, para el destino de Ucrania, exigen medidas responsables adicionales y es fundamental preservar la unidad y la integridad territorial de Ucrania. Eso es más importante que cualquier plan o ambición personal”, concluyó el ya ex primer ministro.

Por ley, con Azarov se tienen que ir todos los ministros, que seguirán al frente de las carteras de modo interino hasta que se forme un nuevo gobierno, coordinados por el vicepremier Serguei Arbuzov.

La caída de su gobierno es el primer logro de la lucha de la gente que está protestando en la calle, calificó desde la cárcel la ex primera ministra Yulia Timoshenko, enemiga personal de Yanukovich, condenada a siete años de cárcel por abuso de poder al firmar con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, un convenio de suministro de gas a un precio dañino para Ucrania.

Putin, dicho sea de paso, declaró hoy en Bruselas, donde tiene lugar la enésima cumbre Rusia-Unión Europea, que el Kremlin mantendrá las mismas condiciones para el precio rebajado del gas y para adquirir deuda ucraniana por 15 mil millones de dólares, aunque la oposición encabece el gobierno, porque estamos ayudando no a un gobierno, sino al pueblo ucraniano.

Poco después el vicepremier Yuri Shuvalov matizó las palabras de su jefe al añadir que dichas condiciones podrían cambiar, si el nuevo gobierno adopta otras prioridades.

La otra demanda de los opositores –las leyes que ellos llaman draconianas por limitar los derechos de reunión y de expresión– se resolvió, tras dos horas de negociación adicional al acuerdo que alcanzaron anoche los líderes opositores y el presidente, con una votación sin contratiempos, toda vez que, salvo dos miembros de la bancada oficialista, los diputados del Partido de las Regiones (PR) no se rebelaron y respetaron la línea marcada por el jefe del Ejecutivo.

Quedaron anuladas por 361 votos, del total de 450 diputados, con el respaldo de los diputados presentes en la sala del PR, Patria, UDAR, Libertad y los independientes. Los legisladores del Partido Comunista prefirieron abstenerse.

Forzado por la presión de la calle –que se expresa en manifestaciones multitudinarias, acampadas en la Plaza de la Independencia, ocupación de edificios gubernamentales, enfrentamientos violentos con la policía y revueltas en el interior del país con la toma de las sedes de gobiernos regionales–, Yanukovich comenzó a hacer concesiones, sin arriesgar hasta ahora su propio cargo, rechazando la convocatoria anticipada de elecciones presidenciales y parlamentarias, la principal exigencia de los opositores.

Es el mayor escollo que queda para solucionar esta desgastante crisis, pero no el único.

Tampoco es fácil llegar a un acuerdo respecto de la amnistía que exige la oposición para los detenidos por participar en los recientes hechos de violencia, se estima que son unas 120 personas, dadas las condiciones que ponen las autoridades para hacer efectiva la liberación.

Dan un plazo de dos semanas para desocupar todos los edificios gubernamentales ocupados, las calles y las plazas, lo cual implica desmantelar el campamento en la Plaza de la Independencia, epicentro de la protesta, y convencer a los activistas radicales de Spilna Sprava (Causa Común), de Aleksandr Daniliuk, y a los ultras de Pravy Sektor (Sector de Derecha), que no se sienten representados por los líderes de la oposición parlamentaria que están negociando con Yanukovich y quieren continuar la revolución hasta sus últimas consecuencias.

Asimismo, se desconoce cómo van a reaccionar los activistas que ocupan las sedes de gobierno en las 11 regiones occidentales, así como en Poltava y Chernigov, o los que se han enfrentado a golpes con la policía en regiones del este y sur como Dniepropetrovsk, Jarkov, Donietsk, Odessa, Cherkasy, Sum, entre otras ciudades.

La Rada no pudo votar hoy la ley de amnistía y seguirá sesionado este miércoles.