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El uso obligatorio de abono orgánico mermará las cosechas alrededor de 60%, prevén

Productores de papa del Nevado de Toluca temen quebrar a causa del decreto de Peña
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Según las autoridades federales, con la modificacion de la categoría territorial del Nevado de Toluca, que era reserva natural protegida desde 1936, se busca revertir los daños causados por la erosión, la tala ilegal, los cambios de uso de suelo, el pastoreo y la agriculturaFoto MVT
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 17 de enero de 2014, p. 32

Zinacantepec, Méx., 16 de enero.

El cultivo masivo de papa, realizado por décadas en las tierras del Nevado de Toluca, fue prohibido por el decreto presidencial del primero de octubre pasado, que convirtió el parque natural de esta montaña en área natural de protección de flora y fauna.

La prohibición ha alarmado a los productores y a vecinos, pues el tubérculo es el principal sustento de cientos de familias.

Desde ahora la papa sólo podrá cultivarse con abono orgánico, lo cual hace reducirá la producción y las ganancias de los campesinos que habitan en comunidades de la montaña.

Si una hectárea produce entre 30 y 40 toneladas de papa, ahora sólo dará 10 o 15, prevén.

El decreto implica modificaciones de mayor transcendencia en el núcleo ejidal de Loma Alta –comunidad localizada arriba de la cota 3 mil–, pues parte de sus tierras de cultivo dejarán de serlo por no encontrarse dentro de la zona de amortiguamiento, la única donde se permitirá la actividad agrícola en la montaña.

La agricultura también está prohibida en terrenos con pendientes mayores a 15 grados, pues ello genera erosión.

Los productores de la región ya se organizan para interponer recursos legales contra el decreto. A la fecha suman más de 10 núcleos ejidales que exploran procedimientos jurídicos para evitar las nuevas disposiciones.

Los productores de papa exigen a la autoridad que los tome en cuenta en la elaboración del programa de manejo del Nevado de Toluca, para definir las actividades que podrán desarrollar para la conservación y rescate de la zona.

Primero apoyo, ahora prohibición

La familia de José posee más de 10 hectáreas en la parte alta de la montaña. Al menos seis se encuentran en pendientes de más de 15 grados, por lo cual no podrán cultivar producto alguno.

Nos están criminalizando de un día para otro. Ahora resulta que nuestra actividad, la que hemos realizado por décadas, es ilegal. Muchas personas dependen de esto, y si ya no podemos sembrar, ¿de qué vamos a vivir? Lo peor es que nunca se nos tomó en cuenta. ¿Cuándo se nos preguntó si estábamos de acuerdo? Nunca. El decreto es una imposición, afirma.

En ese mismo ejido, Julián advierte: Así digan las autoridades misa, seguiremos cultivando papa. Refiere que esto le da dinero para mantener a su familia. Es propietario de cuatro hectáreas que anualmente producen 30 toneladas de papa cada una. Si ahora cumple las restricciones que señala el decreto, sin usar fertilizantes, la producción se reducirá a un tercio.

Si ganamos 30 mil pesos al año, ¿qué vamos a hacer sólo con 10 mil? ¿Qué voy a hacer para darles de comer a mis hijos? ¿Tendré que robar? Ahora resulta que el gobierno me va a decir qué tengo que hacer en mi casa. Yo voy a seguir sembrando y quien me lo impida se las verá conmigo. El pinche gobierno primero nos da apoyos para sembrar, nos recomienda fertilizantes, y ahora se da cuenta de que eso envenena a la tierra. ¿De qué se trata?, cuestiona.

Los campesinos de la región afirman que reciben apoyos del Programa de Apoyos Directos al campo (Procampo). Si estuviera mal lo que cultivamos, no nos habrían dado el Procampo. Hasta tractores dieron hace unos años. Nos quieren culpar de lo que pasa en el Nevado cuando el propio gobierno ha generado todo esto, refiere Efrén Carmona, de la comunidad de Buenavista.

De las 53 mil 590 hectáreas declaradas área natural de protección de flora y fauna, en casi 10 mil hay actividad agrícola. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 90 por ciento de casi 800 productores siembran papa, cultivo que intercalan con haba o avena para que la tierra descanse de los fertilizantes.

De las 10 mil hectáreas de zonas agrícolas en el Nevado, unas mil 500 dejarán de producir por encontrarse en tierras con más de 15 grados de inclinación, según la fracción sexta del artículo 10 del decreto de recategorización.

Silvicultura, inviable

Los labriegos del Nevado han manifestado su preocupación a las autoridades locales, pero éstas se justifican con el pretexto de que se trata de un decreto presidencial. Han hablado también con la delegada de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en el estado de México, Laura Mitzi Barrientos, una de las pocas funcionarias que han visitado la zona.

En reunión efectuada hace unas semanas en Loma Alta, uno de los campesinos de mayor edad la encaró. “Ustedes –le dijo– quieren ponernos como los malos de la película, pero han sido las instituciones las que han provocado todo este mal en el Nevado. Ustedes nos alentaron hace años a usar agroquímicos para aumentar la siembra. Ahora nos quieren prohibir el cultivo de papa sin darnos alternativas. Nos hablan de árboles, pero hemos visto que eso no es rentable. ¿De qué pretenden que viva uno? ¿O de plano quieren que estemos más jodidos?” La funcionaria se quedó callada.

Tanto el decreto como el proyecto del programa de manejo del Nevado de Toluca –que no ha sido presentado para consulta– plantean que la actividad agrícola sólo se permitirá en la zona de amortiguamiento y la papa deberá ser sustituida por cultivos que deterioren menos la tierra.

Aquí, por el clima, no se da otra cosa. Ahora quieren que cultivemos árboles, pero saben que eso no da de comer. Además, perderíamos al menos dos años para que crezcan. Mientras ¿qué vamos a hacer? Te quitan, pero no te dan alternativas. ¿Será que de plano ni les interesamos?, reflexiona otro campesino de la localidad La Peñuela.