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Expertos de la UNAM y del Hospital General han tenido buenos resultados contra la Taenia solium

La progesterona protege al organismo de infecciones gastrointestinales

Induce la producción de varios tipos de citocinas y favorece una respuesta inflamatoria intensificada, encargada de reclutar varias células del sistema inmunológico para impedir el alojamiento y crecimiento del parásito; también facilita eliminarla, explican los investigadores

 
Periódico La Jornada
Miércoles 15 de enero de 2014, p. 2

Conocida sobre todo como una hormona femenina ligada a la conducta sexual de las mujeres y a la reproducción, la progesterona también podría tener un efecto protector contra infecciones gastrointestinales.

Investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Hospital General de México han realizado varios estudios científicos en los que han evaluado el efecto de la administración de esa hormona en hámsters infectados con el parásito Taenia solium (T.Solium), causante de la teniasis y la cisticercosis en humanos y cerdos. Los resultados muestran que la progesterona mejora la inmunidad de la mucosa intestinal de los roedores y limita el alojamiento del parásito en ese órgano, en el cual transcurre una parte de su ciclo de vida.

La progesterona es la hormona producida sobre todo por los ovarios, que permite los embarazos, pues es la encargada de que el embrión (formado tras la fecundación del óvulo por un espermatozoide) se fije al útero. Según el grupo de científicos mexicanos, en el que colabora Ignacio Camacho Arroyo, investigador de la Facultad de Química (FQ) de la UNAM y miembro de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), puede participar en la regulación intestinal.

Si bien el modelo del hámster usado por los especialistas no necesariamente refleja todos los aspectos de la teniasis humana, sí pone en evidencia las interacciones entre el parásito y los sistemas inmune y endócrino, que definen el resultado de la infección causada por T. Solium.

Los resultados de estas investigaciones sugieren que se podría abrir brecha en el uso de hormonas parecidas o análogas a la progesterona, como sustancias que intensificarán la respuesta inmune de la vacunación anti-parasitaria. Sin embargo, Camacho Arroyo aclaró que primero se deben indagar sus efectos en células de otros sistemas del organismo.

Explicó que cuando un parásito ingresa al cuerpo humano las células especializadas del sistema inmunitario responden de inmediato a la amenaza del invasor. Primero lo identifican y después lo atacan para eliminarlo del cuerpo. La acción conjunta de las células especializadas, así como la inflamación –proceso común de la respuesta inmunológica–, son posibles debido a la comunicación que ocurre entre las células, la cual está mediada por moléculas mensajeras llamadas citocinas.

Información difundida por la AMC asienta que los resultados de este equipo de investigación muestran que el tratamiento con la progesterona induce la producción de varios tipos de citocinas de la mucosa intestinal de los hámsters infectados, y favorece así una respuesta inflamatoria intensificada encargada de reclutar a varias células del sistema inmunológico para impedir el alojamiento y crecimiento de T. Solium, y facilita al cuerpo eliminarla.

Otros modelos

El papel regulador de la progesterona frente a las infecciones ha sido probado en otros modelos animales y con otros parásitos. Hace seis años, el investigador de la UNAM en colaboración con colegas del Instituto de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán y de la FQ, encontraron que en las primeras etapas de la infección causada por Helicobacter pylori, bacteria asociada a la gastritis en gerbos –un tipo de roedores–, la progesterona protege del daño ocasionado al estómago, mientras el estradiol, otra hormona sexual, lo intensifica.

El trabajo de investigación sobre las hormonas sexuales que desde hace años desarrolla Camacho Arroyo también se han aplicado a la relación de estas hormonas con la formación de tumores cerebrales, del desarrollo del pulmón en el feto, enfermedades neurológicas y, recientemente, sobre la infección por el virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida.